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Las semejanzas entre el norte de Chile, específicamente  el Desierto de Atacama, y Marte, fue lo que motivó en 2015 al destacado arquitecto chileno y su equipo, llamado Space Robotics, a participar del NASA’s 3D-Printed Habitat Competition, en el que ahora se encuentran como parte de los 15 finalistas, tras presentar sus modelos en septiembre pasado en Nueva York. “La propuesta de nosotros se caracterizaba por tomar el lugar como parte de la estrategia de seguridad para los astronautas. Quienes vayan a Marte van a estar expuestos a una gran cantidad de radiación solar, también a buscar fuentes de agua. Estudiamos el terreno y dijimos hay que empezar habitando por el Valles Marineris, que hay un gran cañón en el centro, en el Ecuador del Planeta Rojo, y como también lo hacemos en el norte, sabemos ocupar las quebradas”, explicó Armijo.

“Pensamos hacer un tipo de adobe marciano que se relaciona a lo que vemos en el norte que se construye de cierta manera para soportar la presión de los terremotos. En Marte tendrá que soportar la presión del aire”, continuó describiendo el arquitecto de la Oficina Perkins Eastman, sobre estos domos que debieran poder armarse con la misma materia prima del suelo marciano: “La idea es que tenga estas distintas capas, porque NASA siempre te dice que tienes que construir con capas de seguridad por si alguna se rompe”.

El trabajo de José Miguel Armijo ha destacado por intentar equilibrar elementos sustentables, pensando en generar ciudades más amables y equitativas. “Es muy importante recalcar que toda esta tecnología ya es muy relevante en la Tierra para arreglar problemas medioambientales que tenemos”, aseguró el arquitecto, añadiendo sobre el adobe que, “todos queremos que el futuro sea sustentable. Y algunas ideas del futuro son revisar el pasado, como construir con tierra”. Un sello chileno que no sólo tendría su base en el material utilizado, sino también en las costumbres: “Si vamos a ir a Marte y vamos ocupar todos los recursos para ir para allá, hay que observar el territorio. Sentarse a observar, es muy chileno también”, analizó.

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