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Por Daniela Figueroa Videla

Este 2020 Chile ingresó al undécimo año de lo que se denomina “mega sequía”, ya que hasta comienzos de mayo se registró un déficit de lluvias de 100% entre la región de Atacama y O'Higgins. En promedio, los embalses del país presentan un déficit del 52% y de no llover en los meses de invierno, el fantasma del racionamiento eléctrico podría volverse cada vez más real. De este escenario conversó Sin Tacos Ni Corbata con el académico Facultad Tecnológica Usach y especialista en temas ambientales, Lucio Cañete.

El académico explicó que los principales factores que han provocado esta mega sequía y de forma combinada son: el fenómeno de la Niña, la variación decadal del Pacífico y el cambio climático. Dijo que la mayoría de los expertos le atribuye, sin embargo, a éste último una influencia del 25 al 30% de la responsabilidad de la aguda sequía.

Respecto a las proyecciones dijo que en general tanto para este 2020 como para los siguientes años “cada vez va a llover menos desde el Norte Chico hasta la Región de la Araucanía”, “es bastante pesimista lo que se nos viene”. Y explicó que aunque llueva, la sequía va a permanecer ya que a diferencia de los terremotos, tienen consecuencias a largo plazo.

Cañete dijo que debido a esta sequía hay dos grandes conjuntos de medidas que se pueden tomar: las estructurales y las funcionales. Las primeras se refieren a grandes inversiones como la construcción de embalses o traer agua del sur de Chile mediante canales o acueductos. Y los ajustes funcionales, si bien tienen un menor impacto en cuanto a magnitud, señaló que son más rápidos si son masivos, como el uso racional del agua.

Sobre los cambios funcionales, el experto dijo que se debe modificar la legislación ante este escenario con una reforma urgente al código de aguas. Del racionamiento dijo que es probable que exista, pero que afortunadamente Chile está diversificando su matriz energética con existen proyectos como el de la energía eólica.

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