El domingo pasado manifestaciones pacíficas en la isla derivadas de la crisis sanitaria y económica por la pandemia, fueron reprimidas por el gobierno de Miguel Díaz-Canel. El bloqueo internacional que asedia por años, tensionado con el monopolio de los medios, ha llegado a tal que el ministro cubano de exteriores, Bruno Rodríguez, insistió en que las protestas están financiadas por Estados Unidos y atribuyó el apagón de internet móvil en toda la isla a los problemas financieros de su país.
Para Raúl Sohr, “el bloqueo tiene una enorme responsabilidad en la situación de precariedad económica que vive Cuba. Les ha costado al Estado de Cuba, miles y miles de millones de dólares. Le priva de importaciones de medicamentos y de insumos industriales. Y no sólo el acceso al mercado estadounidense. EEUU sanciona a terceros países que comercialicen en Cuba”.
El analista internacional recordó que en el último tiempo “el bloqueo se había suavizado. El turismo estadounidense a Cuba había llegado a niveles interesante”, pero para el tiempo de campaña de las últimas elecciones presidenciales de EEUU, “los exiliados cubanos residentes en el Estado de Florida, que cargan la balanza, tienen una capacidad de lobby importante y respondiendo a eso, el ex Presidente Trump, agregó 200 restricciones más al bloqueo”.
Por otra parte, Sohr apuntó a la baja notoria que se ha sentido por la crisis, tanto en el turismo “que registra el 10% del PIB”, además de la producción y exportación de sus recursos como el azúcar, el tabaco y los habanos, e incluso “las remesas que envían exiliados a la isla, es una inyección a la vena, y eso se ha dificultado enormemente y eso también repercute en la situación de Cuba”.
“EEUU lo único que consiguió fue consolidar el régimen, porque se le puede echar la culpa de todo lo que pasa”, criticó el periodista, aludiendo a las respuestas del oficialismo y la condena permanente en Naciones Unidas: “No tiene razón de ser. Cuba no presenta una amenaza a EEUU”.
Desde la mirada de la represión vivida en estos últimos días, Raúl Sohr comentó que “las manifestaciones que hemos visto son pequeñas, son miles de persona, pero se dieron a nivel nacional” y que dentro de ellas “la última fue el Maleconazo, en La Habana. Tienen cierta masividad. El problema es que en Cuba hay que ser muy valiente y decidido para manifestarse porque están los servicios de inteligencia muy encima, están los comités de defensa de la revolución que son organizaciones barriales que están alerta de las disidencias”, reveló el analista: “Si entras a categoría de enemigo del Estado en un Estado tan omnipresente como el de Cuba, la vida se te hace muy amarga”.
Para el comentarista es importante que “con todas las críticas que hemos señalado, es uno de los países con la mejor salud en América Latina, una educación modelo, pero los países cambian”.
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