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"Esperanzador" y "Debe confirmarse con más estudios": Expertos analizan vacuna que combate el cáncer de mama triple negativo

La mayoría de las pacientes que participaron en el ensayo clínico para medir la eficacia de la inoculación tuvieron una buena respuesta inmunitaria. Los médicos Lylian Macías, de la Usach, y Fernando Cadiz, de la Clínica Alemana se refieren al trabajo desarrollado por investigadores estadounidenses.

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  • Raúl Gutiérrez Velásquez

  • Miércoles 20 de noviembre de 2024 - 17:26

El pasado 14 de noviembre, la revista británica Genome Medicine dio a conocer una noticia esperanzadora para las personas que sufren de cáncer de mama: los buenos resultados iniciales de un ensayo clínico centrado en una vacuna experimental que busca prevenir la rama de dicha enfermedad conocida como triple negativo

Se trata de un estudio desarrollado por profesionales de la Universidad de Washington, Estados Unidos, y que, en su fase 1, consideró un universo muestral de 18 pacientes diagnosticadas con este tipo de cáncer y con indicios de tumor durante una primera ronda de quimioterapia.

Tras una cirugía de extirpación quirúrgica, los científicos analizaron y compararon el tejido tumoral con el seno de cada paciente para encontrar mutaciones genéticas únicas en las células enfermas.

¿Los resultados? 14 de ellas mostraron una respuesta inmunitaria a la vacuna y, luego de tres años, 16 seguían libres de la dolencia.

Durante la prueba, a cada participante se le realizó un tratamiento personalizado para detectar mutaciones consideradas claves en su tumor específico y entrenar a las células inmunitarias para el reconocimiento y ataque a cualquier célula portadora de las mismas.

¿QUÉ ES EL CÁNCER DE MAMA TRIPLE NEGATIVO?

En conversación con Diario Usach, Lylian Macías, académica de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Santiago y doctora en Educación y Sociedad, explica que “el cáncer de mama triple negativo es un tipo agresivo que no responde a terapias hormonales ni dirigidas contra ciertas proteínas, lo que limita las opciones de tratamiento".

La especialista señala que "es más común en mujeres menores de 40 años, personas de color o con mutaciones genéticas específicas, y tiene una alta tendencia a diseminarse rápidamente. La quimioterapia es la principal opción terapéutica, complementada con cirugía o radioterapia si el cáncer no se ha extendido. En etapas avanzadas, se recurren a tratamientos como quimioterapia específica, inmunoterapia y medicamentos dirigidos para controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida”.

Por su parte, el ginecólogo y mastólogo de la Clínica Alemana, Fernando Cadiz, explica que este tipo de cáncer “representa un porcentaje aproximado del 15% de los tumores existentes y tienen un nivel de agresividad algo mayor porque tienden a crecer más rápido. Se dividen a mayor velocidad  y al no tener receptores hormonales, significa que perdieron las características de las células. Todo esto restringe sus posibilidades de tratamiento, por ejemplo, a través de una edocrinoterapia (es decir, con pastillas que ayudan a disminuir la cantidad de hormonas)”.

Al igual que los otros cánceres de mama, esta dolencia se determina tras los resultados de imágenes y biopsias. De esa manera, se puede comprobar si las células enfermas poseen los receptores antes mencionados para entrar en esta categoría.

LA RELEVANCIA DEL ESTUDIO 

Hasta 2023, las cifras indican que 2.253 mujeres murieron en el país debido al cáncer de mama. Esos números señalan que las muertes aumentaron en 12,87% a nivel nacional. A su vez, el sitio web del Colegio de Matronas y Matrones de Chile señala que esta enfermedad tiene “consecuencias emocionales, cognitivas y conductuales” las que se presentan “en el paciente y la familia”.

¿Este estudio da esperanza de cura? Para Fernando Cadiz, “cuando se invierte en ciencia, se hace no solo apuntando a una patología particular. Se hace considerando el conocimiento, desarrollo, investigación, la búsqueda de respuestas. Esto nos va a llevar a responder no solo el problema del cáncer triple negativo, sino que incentiva a que los investigadores busquen respuestas a diferentes problemas relevantes, en este caso de salud”.

En esa misma línea, Lylian Macías Inzunza sostiene que “el éxito del ensayo clínico de la fase 1 de la Universidad de Washington marca un avance importante en el tratamiento del cáncer de mama, particularmente en tipos agresivos como el triple negativo. Este estudio evaluó una vacuna personalizada para prevenir la recurrencia de esa enfermedad”.

Ahora, y pese al buen resultado que la inoculación está mostrando en el grupo de pacientes que participó en el ensayo clínico realizado en Estados Unidos, el médico de la Clínica Alemana es cauto: “el cáncer de mama es el que más mujeres mata en Chile, es la primera causa de fallecimiento, entonces, el resultado de la prueba de la vacuna es muy interesante y está bien. Pero no hay que dejar de considerar que solamente se probó en 18 personas, así que no podemos ver a este estudio como una solución para el cáncer triple negativo. Sí nos muestra caminos y es muy relevante en lo referido desde el punto de vista de la investigación”.

PLAZOS DE IMPLEMENTACIÓN

Según se explica en el sitio web del Instituto de Salud Pública (ISP), para fármacos y vacunas los tiempos de ensayos clínicos duran varios años y de dividen en 5 etapas distintas: la fase preclínica (basada en estudios en laboratorio y animales para evaluar su seguridad y eficacia inicial. Se prologa entre 1 a 6 años); la fase 1 (tiempo en que se prueba un fármaco o vacuna en un pequeño grupo de personas sana para evaluar seguridad y tolerancia.

Se puede extender entre 1 a 4 meses); la fase 2 (tiempo en que se evalúa ala eficacia y seguridad en pacientes con enfermedad. Puede durar hasta dos años); la fase 3 (periodo en el que se realizan estudios a gran escala para confirmar la eficacia y detectar efectos secundarios. Se extiende entre 1 a 4 años) y la fase 4 (post-comercialización) (tiempo que corresponde al monitoreo continuo después de la aprobación para detectar efectos a largo plazo. Su duración es indefinida ya que se mide mientras el tratamiento esté en uso).

Sobre este punto, el médico de la Clínica Alemana sostiene que para establecer efectividad “hay que esperar un buen tiempo para ver cómo le fue a las personas a las que se les administró la vacuna. Esto es porque aquí se está midiendo sobrevida. Hay que ver si los fármacos resultan seguros, saber cuántas dosis son las que hay que aplicar, que reacciones se producen en relación a esto, y después, esperar los resultados de la administración de los medicamentos. Y tras todo eso, reclutar a los pacientes que participaron en los estudios para ver cómo están posteriormente a sus tratamientos  para hacerles seguimiento”.

A su vez, todavía es muy temprano para hablar de un posible costo económico que tendría una vacuna capaz de combatir contra el cáncer de mama triple negativo. Para Fernando Cádiz, cuando se mira el tema de manera global, “estos temas no hay que mirarlos como grandes gastos, sino como inversiones en investigación independiente de que se llegue a un buen resultado”. “Si sale el remedio ¿cómo le ponemos valor a la vida?”, ¿valió la pena la labor investigativa?. Y desde el punto de vista médico, la respuesta es que siempre la vida humana valdrá la pena”, asevera.

La doctora Macías explica que aún no puede hablarse de valores, ya que la implementación de esta vacuna “dependerá de su desarrollo, personalización, gastos de investigación y políticas de investigación”.

Y cuando se le consulta sobre los buenos resultados del ensayo clínico en la fase 1 destinados a la vacuna contra el cáncer de mama triple negativo, la académica Usach sostiene que “eso genera una esperanza significativa para la cura” pero subraya que la “eficacia debe confirmarse en estudios más avanzados antes de ser considerada como una herramienta real y efectiva”.

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