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A través de la polémica generada entre el municipio ubicado al lado este de la cordillera de Los Andes, en la ribera del Lago general Carrera, y la Subsecretaría de Salud Pública en torno a la obligatoriedad de la mascarilla, Luperciano Muñoz señaló que su principal crítica es hacia el centralismo con el que se toman todas las decisiones. “Cuando tienes una clase política que es irrelevante por supuesto que nunca van velar por el desarrollo de la región de Aysén”, afirmó el alcalde sobre la pobre presencia de los parlamentarios de la región.

Como para casi toda la Patagonia chilena, el principal problema es la conectividad. “Todas las barcazas están malas, tenemos cero conectividad, tenemos que dar la vuelta al lago 7 horas (para llegar a Coyhaique)” apuntó Muñoz, agregando que “tenemos conexión con Argentina en 4 horas por calle pavimentada y están abiertas las fronteras y resulta que no podemos pasar porque tenemos que hacernos PCR, en Coyhaique y después de 72 horas llega, ¿cómo no vamos a reclamar?”.

El jefe comunal señaló que hace años velan por proyectos viables en torno a la compra de catamaranes aptos para el lago, pero desde los gobiernos que han pasado en los últimos años siguen comprando barcazas. “Quieren pagar 10 millones de dólares por otra barcaza chica de 140 pasajeros(…) Necesitamos que nos den esa plata para comprar los catamaranes, que vamos a llegar en 35 minutos a Río Ibáñez y vamos a generar un desarrollo turístico en torno a la cuenca del Lago General Carrera”, solicitó Muñoz.

Por ello, la vitrina que les ha permitido la decisión sobre la mascarilla han querido tomarla a concho. “Estos temas que son un detalle, salimos por la prensa nacional y para nosotros es importante que por una vez nos escuchen”, señaló el alcalde y añadió: “Los genios de Santiago no nos escuchan, como también deciden las políticas publicas de salud y nosotros no podemos decir nada”.

La crítica también recayó en las licitaciones para la construcción de caminos, ya que “acá se llevan millones las empresas que se adjudican los contratos de conservación global y los caminos están en pésimas condiciones”, y en cómo eso repercute en la atención en salud, en la educación y en el presupuesto del hogar, especialmente en pandemia donde “lo que más nos dolió fue el cierre de la frontera”. Canasta familiar, bencina, harina y hasta la hierba mate, son insumos que era habitual conseguir en el vecino país a mucho menor precio y que ahora se hace casi imposible obtener desde allá.

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