Australia se encamina a convertirse en el primer país del mundo en "eliminar" el cáncer cervical (o cáncer del cuello uterino) como un problema para la salud pública, un objetivo que apunta a alcanzar a partir del 2028 a través de un plan de exámenes preventivos, vacunas y tratamientos.
"Australia está elaborando una estrategia nacional de eliminación del cáncer del cuello uterino centrada en garantizar la equidad sanitaria en la eliminación", dijo este jueves en un correo electrónico a EFE Claire Nightingale, investigadora en políticas sanitarias de la Universidad de Melbourne y experta en la materia.
Actualmente en Australia, 6,5 de cada 100.000 mujeres padece cáncer del cuello uterino, la cuarta forma de cáncer más común entre las mujeres en el mundo.
Mientras que para declarar la "eliminación" de esta enfermedad, las autoridades buscan reducir la tasa a 4 por cada 100.000 mujeres.
"Australia va camino de ser el primer país en lograr esta hazaña de salud pública, que podría producirse ya en 2028", según un artículo publicado esta semana por Nightingale, Tessa Saunders y otras investigadoras de la Universidad de Melbourne.
Los exámenes preventivos consisten en detectar el virus del papiloma humano (VPH), que causa el 99 por ciento del cáncer cervical, junto a las vacunas y al acceso a tratamientos pre-cancerígenos son estrategias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para la eliminación de esta enfermedad.
"La prevención es una parte de la historia, pero no debemos olvidar la necesidad de reforzar la capacidad de proveer tratamientos apropiados para las mujeres que tienen cáncer del cuello uterino", remarca a EFE Nightingale.
Aunque el objetivo se encuentra con varios retos asociados a las desigualdades de mujeres pertenecientes a grupos minoritarios, como indígenas, inmigrantes, con rentas bajas o minorías sexuales que viven lejos de grandes ciudades, lo que dificulta el acceso a los exámenes preventivos, apuntan las expertas.
Las investigadoras proponen que se permita que las mujeres tomen en la intimidad de sus hogares las muestras vaginales, con pruebas muy parecidas a las que se hacen para detectar el Covid-19, según publicaron esta semana en el portal de la Universidad de Melbourne.
"Son más fáciles, mucho menos invasivas, crean una sensación de autonomía y eliminan muchas barreras asociadas al hecho de desvestirse y someterse a un examen pélvico", precisó a EFE la investigadora.
Australia, líder mundial en la prevención del cáncer del cuello uterino, implementó un programa nacional de detección del VPH en 1991, que redujo las tasas de esta enfermedad al 50 por ciento en la primera década.
Asimismo, este país introdujo en 2017 un programa de vacunación de VPH en 2017 y diez años más tarde cambió los exámenes de papanicolau a los de VPH, entre otras medidas.
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