La Justicia neerlandesa condenó a ocho años de prisión a un hombre por el robo de dos pinturas de maestros neerlandeses, una de Vincent van Gogh y otra de Frans Hals, de sendos museos en Países Bajos en marzo y agosto del año pasado, aunque ambas obras siguen desaparecidas.
El tribunal del distrito de Lelystad, capital de la provincia de Flevoland, ha considerado a un hombre de 59 años arrestado el pasado abril en la ciudad de Baarn, en la provincia de Utrecht, responsable de los dos hurtos, por lo que le impuso la pena máxima posible para estos casos, ocho años de cárcel.
El Van Gogh fue sustraído la madrugada del 30 de marzo de 2020, cuando el museo estaba cerrado de forma temporal por las restricciones contra el coronavirus, y las autoridades, junto a un equipo de forenses, detectives y expertos en arte robado, iniciaron una investigación criminal para tratar de localizar a los ladrones y recuperar la pintura.
El lienzo es "Spring Garden" (Jardín de Primavera), que representa el jardín de la casa parroquial de Nuenen, pintado por el maestro neerlandés en 1884, un préstamo del Museo Groninger al Museo Singer, en Laren, para una exposición temporal dedicada a conservar la colección de la pareja estadounidense William y Anna Singer.
La Policía neerlandesa publicó las imágenes de ese robo, donde se veía cómo el ladrón llegaba al museo en moto y rompía varias puertas de cristal con un mazo para poder acceder a la zona donde está la sala de exposiciones y llevarse el cuadro, de 57x25 centímetros, bajo el brazo por la misma puerta por la que había entrado.
Después, se subió a la moto, que pertenecía a un cómplice cuya identidad se sigue desconociendo.
El 26 de agosto, casi cinco meses después del primer hurto, un ladrón forzó la puerta trasera del museo Hofje de Mevrouw van Aerden (la placita de doña Van Aerden, en neerlandés), y robó el lienzo “Dos niños que sonríen”, del pintor neerlandés Frans Hals, una pieza valorada en más de 16 millones de euros (unos 18,7 millones de dólares al cambio actual).
Hace dos semanas, el acusado rompió su silencio en la audiencia, negó estar relacionado con los robos y aseguró desconocer dónde se encuentran las pinturas, pero el tribunal no se ha creído su versión porque “su ADN fue encontrado en ambas escenas del crimen y el hombre no puede explicar cómo es eso posible, y también fue condenado anteriormente por un robo de arte similar”.
Además de por el hurto, la corte sentenció al responsable por “posesión de un arma de fuego y de una gran cantidad de drogas”.
“Estas pinturas forman parte del patrimonio cultural nacional, son importantes para las generaciones presentes y futuras. La gente los ha disfrutado durante cientos de años. Con los robos, el hombre no solo ha perjudicado enormemente a los museos, sino también a la sociedad y al público internacional”, agregó la Justicia neerlandesa.
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