Click acá para ir directamente al contenido

Columna de Opinión

El baile de los que sobran

Cristian Arcos, Periodista

  • Comparte
  • Disminuir tamaño de letra
  • Aumentar tamaño de letra
  • Viernes 15 de octubre de 2021 - 09:20

Hay momentos en que los actores secundarios alcanzan protagonismo. Bienvenidos sean. Ante Venezuela fue uno de esos momentos.

La generación dorada chilena tiene su lugar asegurado en la historia y también en el presente, pero sí algo le faltaba y le sigue faltando a este plantel, es que los actores de reparto asumieran el testimonio central y condujeran el carro de una victoria merecida.

Ante la vinotinto las principales figuras del equipo chileno fueron Erick Pulgar, Ben Brereton y Diego Valdés. Ninguno de los tres aparece en la foto clásica de los viejos rockeros. Para clasificar a un Mundial o al menos pelearla, necesitas a más gente, más nombres, requieres figuras individuales y soporte colectivo.

Las dos principales figuras de este plantel, Alexis Sánchez y Arturo Vidal, no descollaron contra los llaneros. Charles Aránguiz estaba fuera. El soporte esta vez fue colectivo y eso es una buena
noticia.

La cosecha de Chile fue de seis puntos sobre nueve posibles. Después de perder contra Perú, la clasificación parecía imposible. Después de ganarle a Paraguay y Venezuela la clasificación sigue estando complicada, pero ya no es una quimera.

El margen de error sigue siendo estrecho, casi mínimo. Pero esta seguidilla de partidos le permite al equipo de Lasarte afrontar los duelos ante Paraguay y Ecuador con otra cara. Era menester abrir el abanico, sumar nombres.

Pero no es sólo un asunto de voluntad. Quienes tuvieran la oportunidad debían aprovecharla para instalar su nombre en la lista de probables. Cuando en la formación inicial apareció Diego Valdés muchos fruncimos el ceño. El volante del Santos Laguna había tenido varias opciones y no había respondido, pero contra Venezuela reemplazó a Charles Aránguiz, con todo el peso que eso significa y cumplió a cabalidad.

Ben Brereton llegó con altas expectativas a esta fecha triple y extendió su racha goleadora vistiendo La Roja. Se movió por los tres puestos de ataque y anotó goles claves, exhibiendo una crianza futbolística propia de un jugador armado en Europa. Directo, frontal, en un equipo donde la elaboración es el
lema, el inglés opta por finalizar la maniobra. Cuando va por los costados cumple, con un sacrificio encomiable, pero cuando está más cerca del área hace daño.

La clasificación sigue lejos, pero la esperanza volvió. Se jugó mejor, buscando el partido y no sólo esperándolo, aparecieron más nombres, la baraja es más amplia, el equipo no fue sólo el peso de los viejos rockeros, sino que aquellos que a veces sobran en la foto del póster ahora fueron protagonista de la fiesta.