Deporte

El vandalismo le sigue ganando al fútbol chileno. Este miércoles se disputaba en el estadio Elías Figueroa de Valparaíso la revancha del clásico entre Universidad Católica y Universidad de Chile por los cuartos de final de Copa Chile. Sin embargo, el duelo duró solo siete minutos.

Un grupo de hinchas del cuadro "cruzado" lanzó tres bombas de estruendo al campo, provocando una lesión acústica en el portero de los "azules", Martín Parra, y de paso la suspensión del cotejo, cuando la “UC” ganaba parcialmente por la ventaja mínima e igualaba la llave a 1 en el global.

Lo paradójico es que originalmente el compromiso se iba a disputar sin espectadores por la sanción a los precordilleranos por los incidentes ante Audax Italiano en el cierre de San Carlos de Apoquindo, pero los de la franja apelaron y pudieron contar con sus fanáticos.

El partido comenzó rápido con polémica. A los 3' llegó un tiro de esquina desde la derecha para los de la "franja" y el juez Felipe González sancionó penal por una mano discutible de Felipe Seymour. Pese a los reclamos en los "laicos", se ratificó la pena, debido a que en esta fase no hay VAR. Fernando Zampedri se encargó de abrir la cuenta con un impecable tiro.

Luego de eso se produjeron los lamentables incidentes, cuando a los 7' cayeron fuegos de artificio a la cancha y cerca del portero Martín Parra, quien quedó muy complicado, por lo que fue atendido y los jugadores azules se fueron a vestuarios. Después se retiraron los jugadores de Católica y el golero parra se fue en ambulancia.

Pasaron varios minutos para que finalmente se decidiera suspender el cotejo. "Partido oficialmente suspendido por falta de garantías, tras las lesiones sufridas por nuestro arquero Martín Parra producto del lanzamiento de fuegos de artificio a la cancha", escribió la "U" en sus redes sociales.