En el mes de septiembre se conmemoraron los 100 años del nacimiento de uno de los grandes maestros de América Latina: Paulo Freire, filósofo y educador. Diversos actos, seminarios, diálogos, publicaciones, etc. se realizaron para homenajear su pensamiento expresado en sus numerosas obras y en acciones consecuentes con su ideario.
Se recordaron sus numerosas citas y entre ellas una de las más difundidas: “la educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.
Hemos seleccionado esta cita, porque pensamos que es absolutamente contingente al proceso histórico que estamos viviendo de repensar nuestro proyecto de futura sociedad, es decir el Chile mejorado qué aspiramos, recogiendo las muchas lecciones que los complejos y cambiantes tiempos nos están entregando.
Así, hemos puesto una gran confianza en el trabajo de la Convención Constituyente en cuánto a los avances que se harán pensando en el bien común para todos los habitantes de nuestro país. Por ello, es que ha llamado la atención de muchos, el hecho que no exista aún entre las 7 primeras comisiones transitorias de trabajo formadas, una referida específicamente a la educación.
Una de las explicaciones que se nos entrega, es que va a estar el tema en algunas de las comisiones definitivas planteadas como la de los derechos fundamentales, por ejemplo; sin embargo, pensamos que son tantos los aspectos de forma y fondo que la educación chilena debe repensar, resignificar, concordar e instalar tanto en la formación de las generaciones actuales como en las nuevas, que se hace necesario destinar las instancias y los necesarios tiempos que se requieren para recoger, reflexionar y seleccionar lo mejor del saber y de la experiencia en este campo.
Junto con lo expresado, se hace necesario tener presente que todo lo que se ponga en la nueva Constitución, requiere de personas y medios concretos para favorecerlos en las instituciones y destinatarios de todos los grupos etarios, y al respecto, entre los medios más relevantes están: la familia, la comunidad, las instituciones educativas y los medios de comunicación.
Estas instancias son las claves que van a favorecer el nuevo Chile, y si no se les otorga prioridad, los recursos y las instancias respectivas para su instalación, todo quedará en el papel.
Aportes para esta importante función de definir qué educación necesitamos para ese proyecto social que aspiramos, hay muchos, pues todo tipo de instituciones educativas ya sean académicas, gremiales, comunitarias y familiares han estado elaborando propuestas que han sido publicadas en gran parte.
Por mencionar algunas, están las que se hicieron en un trabajo amplio de participación: “Propuestas para el país que queremos, dialogo al alero de la Universidad de Chile”, y “Tenemos que hablar de Chile”, realizada por la P.U. Católica, y la U. de Chile, que se realizó en todo el país.
No es una exageración señalar que este enorme interés ciudadano en aportar a una mejor educación indica lo relevante que es para todo/as, y quizás la razón principal, es la que señalaba Pablo Freire: sólo a través de la educación de las personas se forma una nueva sociedad.
Por tanto, acogiendo la petición de muchos colegas, otros colectivos y personas, solicitamos respetuosamente a la Convención Constituyente, instalar una mesa de educación específica en el tema y amplia a la vez en cuanto a participación e inclusión, que recoja y analice todo lo que se está pensando en este campo, y se dialogue al respecto.
En la Convención hay un significativo grupo de profesores que pueden orientar a recoger y organizar estas propuestas, sin desmerecer que se convoque a escuchar a otros actores. La Educación, no es un tema fácil de abordar porque es compleja, ideológica y valórica, y nos atañe a todos de alguna forma.
Tanto interés en participar indica además que no ha andado del todo bien lo que hemos construido hasta ahora en educación; en forma y fondo debe hacerse cambios y asumir los ámbitos que nos demandan los tiempos actuales: Valores, ciudadanía, desarrollo sostenible, vida saludable, en fin, una educación más humana en sus contenidos y modos de favorecerse.
Hay mucha investigación, y por tanto conocimiento y práctica en Chile y en el mundo que revisar, ya que tampoco se trata de construir todo de nuevo, pero abrámonos a hacer cambios significativos. El país y sobre todo nuestros niños, niñas, jóvenes y adultos lo requieren y consideremos lo que nos señala Freire, que primordialmente la educación es la que va a establecer las bases de este nuevo Chile.
Ello, requiere una comisión especial de trabajo en la Convención, llegar a ciertos acuerdos importantes y posteriormente visualizarnos como una sociedad educativa comprometida en la que todos tenemos algo que aprender y a la vez enseñar para aportar a un Chile y un mundo mejor.