Este año el Nobel de Medicina destacó el trabajo de los investigadores David Julius y Ardem Patapoutian por su estudio de los receptores neuronales y canales sensoriales de la piel junto a su relación con el dolor y enfermedades.
Al respecto, Rodolfo Madrid, académico Usach y doctor en Ciencias, explicó: “Su gran contribución fue que detectaron las moléculas que nos permiten detectar el frío, calor y estímulos fisiológicos mediante el uso de productos naturales”.
“Hoy los tratamientos para el dolor crónico son poco eficientes y con efectos secundarios. Ahora con estos nuevos blancos moleculares podremos buscar nuevos mecanismos como alternativas”, sostuvo Madrid.
El experto Usach considera que “este descubrimiento nos permite detectar el mundo que nos rodea y nos abre la caja de pandora al clonamiento molecular del canal TRP1, que permite detectar las sustancias irritantes junto a su implicancia en el dolor crónico”.