Cuando hablamos de democratizar la alimentación saludable o generar un sistema de alimentación saludable equitativo, nos referimos a crear un sistema justo de oferta y demanda, en el que las y los productores puedan llegar efectivamente a las y los consumidores, sin que los alimentos se pierdan en la cadena de producción. ¿Y por qué es importante esto? Porque actualmente en nuestro país aún tenemos índices de desnutrición, de inseguridad alimentaria, además de los problemas de salud generados por la obesidad y el sobrepeso.
En relación a la inseguridad alimentaria, existen dos conceptos, uno es el de inseguridad alimentaria severa y el otro es inseguridad alimentaria moderada, la diferencia es que el primer concepto habla de personas que pueden estar uno o dos días sin comer, y el segundo hace referencia a las personas que tienen problemas de acceso a la alimentación. Por otra parte, el sobrepeso y la obesidad están asociados a una alimentación basada en productos con altos índices de sodio, sal, grasa y azúcares, normalmente ultraprocesados.
Estas problemáticas no son menores porque una mala alimentación y producción, no solo afecta a las personas, sino que también al medioambiente y a la economía. Es por esto que en la Universidad de Santiago de Chile estamos trabajando en distintas líneas de investigación, con el propósito de democratizar la alimentación saludable, es decir, que llegue a todas las personas y de forma sana.
¿Y cómo se logra esta distribución equitativa en la población? Mediante el desarrollo de mercados locales y circuitos cortos de comercialización, es decir, acercar lo que más se pueda en la cadena de producción a las y los productores con los consumidores finales, fomentando la agricultura agroecológica, que protege al medio ambiente y favorece la biodiversidad, ya que con de este tipo de mercado se genera una cadena virtuosa en la que se valoran los alimentos y, por lo tanto, hay menos pérdida y desperdicio de alimentos destinados al consumo humano.
Nosotros pensamos en la alimentación de la población con una perspectiva preventiva, ya que nos situamos antes de que se haga la siembra, tenemos una mirada integral compuesta por elementos económicos, sociales y ambientales, que también son los principios de la agroecología, entonces estos sistemas que nosotros hemos planteado en mercados locales, circuitos cortos, los microbancos de alimentos, la producción agroecológica y la transparencia en los mercados, permite que este sistema fluya de otra forma.
No dejamos al arbitrio de la ley de oferta y demanda la alimentación de la población, entendemos que el mercado de los alimentos no es cualquier mercado, es el que alimenta a la población y, por lo tanto, no puede tener las mismas reglas que los otros donde hay especulación.
En la actualidad, nuestra sociedad y mercado se caracterizan por ser ineficientes en llevar los alimentos a la mesa y en el transcurso se pierden y desperdician muchos alimentos, las cifras son enormes pero ahora se habla de que un tercio de los alimentos producidos con destino humano se pierde o desperdicia, no llega a ser consumido por la gente y eso también hace que dificulte que las personas tengan acceso a estos alimentos, subiendo el precio o dejando, definitivamente, a personas fuera de la alimentación, y ahí es donde nosotros hemos generado toda una línea de investigación que tiene que ver con lo que llamamos la recuperación de alimentos, es decir, esos alimentos que por algún motivo, estético principalmente, una deformación, menor tamaño o un pequeño daño mecánico, nosotros lo recuperamos, ya que esos alimentos en general hoy día se botan, y los reincorporamos a la cadena alimenticia para que llegue a las mesas, ya sea, vendiéndolos a precios más baratos o definitivamente donándolos.