El agujero de la capa de ozono sigue achicándose. La Nasa confirmó que este año su área mide aproximadamente 23,2 millones de kilómetros cuadrados, datos que son mejores que los del 2021 y continúan la tendencia a la baja de los últimos 30 años.
Sobre esto conversábamos con Raúl Cordero, climatólogo Usach y panelista de All You Need Is Lab, quien nos decía que el tema está relacionado con el cambio climático, pero está lejos de ser el principal agente tras la crisis observada las últimas décadas. “Al cambio climático no le estamos ganando, pero al agujero de ozono sí”, precisaba.
¿Y qué produjo este daño? Cordero apunta a las sustancias destructoras de ozono, esas que años atrás se enseñaban en el colegio como CFC: “Se usaban mucho en la industria hasta principios de los 90, pero ya no porque se identificaron y se firmó el Protocolo de Montreal en 1987” (que controla su emisión), explicaba.
De hecho, “justamente por haber salvado la capa de ozono, es considerado el protocolo medioambiental más exitoso de la historia”, agrega el climatólogo Usach.
Lo interesante es que, según Cordero, desde el punto de vista químico esto podría ser un desafío más grande que enfrentar el cambio climático, “pero las implicancias económicas son diferentes”.
“El abandono de estas sustancias destructoras de ozono era más barato y afectaba menos intereses que los que afecta el abandono del uso de combustibles fósiles”, indica.
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