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CONAF edita libro con los árboles patrimoniales de Chile

En la primera emisión se registraron 57 árboles patrimoniales de ciudades y pueblos, ejemplares que quedaron en la historia y en el recuerdo de las personas.

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  • Diario Usach

  • Viernes 4 de febrero de 2022 - 07:28

Chile, durante los últimos años, ha comenzado a relevar y dar valor a su patrimonio natural y cultural. Y en esta línea, la Corporación Nacional Forestal, a través de su Departamento Bosques Urbanos, realizó un interesante aporte al publicar el libro “Árboles Patrimoniales de Chile (Una primera aproximación)”, escrito y editado por el ingeniero forestal de CONAF, Juan Carlos Castillo.

 Tal como lo señala su autor, el objetivo fue subrayar la importancia cultural y ambiental que tienen algunos árboles establecidos en las ciudades o pueblos, ya sea de forma natural o artificial, a lo largo de la historia del país. Son árboles patrimoniales en ciudades y pueblos, no en zonas de bosques o rurales; son aquellos ejemplares que exhiben dimensiones extraordinarias, destacables sobre otros, longevos y que representan una herencia a atesorar.

Cabe resaltar que el concepto “patrimonial” es definido por la RAE como: Perteneciente o relativo al patrimonio o perteneciente a alguien por razón de su patria, padre o antepasados. Y el concepto patrimonio alude a lo histórico y también a lo artístico.

En este sentido, Juan Carlos Castillo comentó que “la idea de realizar este libro, con todo el trabajo de recopilación, nace para destacar esos árboles que están en la mente o tradición de muchos de nosotros. Creo que lo más importante de lo plasmado en este libro, que como dijimos corresponde a una primera aproximación, es que ponemos en valor estos grandes árboles patrimoniales, con la meta de que entren en categorías para ser protegidos y resguardados por su alto valor natural y cultural que poseen”.

 En la obra está presente la historia de 57 de estos árboles, encontrándose con datos como el del olivo plantado en uno de los patios de la casa central de la Universidad Católica, que tiene origen en Tierra Santa, ya que el fruto fue traído desde allá. También el peumo ubicado en el Museo Histórico de Yerbas Buenas, casa donde pernoctaron los soldados realistas comandados por el brigadier Antonio Pareja, muchos de los cuales durmieron bajo el resguardo de este árbol, lugar donde fueron sorprendidos por los patriotas liderados por el coronel Juan de Dios Puga, pasaje de la historia recordado como “La Sorpresa de Yerbas Buenas”.

La recopilación de todos estos antecedentes, se logró por medio de un trabajo con las oficinas regionales y provinciales de CONAF, las que se coordinaron, en la mayoría de los casos, con los diferentes municipios. Hubo, como relató su autor, lugares en los que se debió desarrollar concursos, a través de los medios de comunicación, para que las personas hicieran llegar sus recomendaciones para árboles patrimoniales de la localidad y con los argumentos necesarios para ser considerados ejemplares patrimoniales.

En esta recopilación, el concepto de árbol patrimonial fue entendido como aquel ejemplar que se considera excepcional en su lugar (in situ), ubicado en una ciudad o pueblo, y que presente gran tamaño, belleza, longevidad, originalidad de sus formas, vinculación con el paisaje, pero también distinguido principalmente por su importancia cultural, histórica, religiosa, étnica, científica o educativa, y que han sido parte de hechos históricos, cuentos, anécdotas o leyendas, de significación y tradición para un lugar o una comunidad.

Para María Teresa Serra Vilalta, especialista senior en Flora Vascular y ex académica de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, prologuista del libro, lo más relevante es que “este registro marca un hito importante en el reconocimiento del legado botánico, histórico y cultural asociado a estos extraordinarios seres vivos, que gracias a sus características singulares y longevidad otorgan identidad a pueblos y ciudades, y donde las comunidades tanto rurales como urbanas reconocen en ellos parte de su propia historia”.

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