Restos óseos encontrados en la cueva Liang Tebo de Borneo por un equipo de arqueólogos australianos e indonesios, sería la primera evidencia conocida de un acto médico complejo en la Edad de Piedra y que fue realizado por alguien experto en su época.
La teoría predominante es que la evolución de la medicina surgió con el inicio de las sociedades agricultoras sedentarias, hace unos 10.000 años con la revolución neolítica, sin embargo, los habitantes de Liang Tebo, en la selva tropical de la parte indonesia de Borneo, eran cazadores-recolectores muy anteriores.
Timoty Maloney, uno de los directores de la investigación, señaló que “el descubrimiento de un amputado de hace 31.000 años en Borneo tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la historia de la medicina".
El estudio publicado por Nature, inicia con el descubrimiento, en el año 2000, del esqueleto de un ser humano de entre 19 a 20 años al que le faltaba el pie izquierdo, parte de la tibia y del peroné.
Los análisis confirmaron crecimientos óseos relacionados con la cicatrización. Además, el pequeño tamaño de la tibia y el peroné en comparación con la pierna sana sugiere que se trata de una herida de la infancia.
En una rueda de prensa online, Maloney declaró que el joven “sobrevivió con la movilidad alterada y vivió, entre seis y nueve años más, en una de las comunidades de artistas más antiguas conocidas en los montañosos bosques tropicales de Borneo”. Una zona donde se han encontrado pinturas rupestres de 40.000 años de antigüedad.
El estudio señala que las marcas de los huesos no son compatibles con amputaciones no quirúrgicas. Esto porque las amputaciones causadas por un trauma no generan un corte oblicuo limpio como mostraba el esqueleto analizado.
Para el experto, una de las grandes implicaciones es que la comunidad tenía “conocimientos médicos avanzados para amputar una pierna a un niño y que sobreviviera” en un lugar y un tiempo muy difíciles, al final de una edad de hielo, donde la industria lítica con instrumentos afilados ya existía.
Para Maloney, el niño debió ser un “componente valioso de su comunidad” y no habría podido salir adelante sin su ayuda tras la amputación, cuando necesitó cuidados como la limpieza y desinfección de la herida para que sanara hasta formar un muñón y vivir posteriormente con la movilidad reducida.
Timoty Maloney indicó que aún queda por saber si el hallazgo de Liang Tebo es solo la primera prueba de que la complejidad de las culturas médicas de cazadores-recolectores estaba mucho más extendida en este período temprano de la prehistoria humana.
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