Hoy inauguramos esta columna que pretende ser una instancia de encuentro mensual para “conversar” todo tipo de temas de educación con los cuales deberíamos estar comprometidos para constituir una verdadera sociedad educativa que no sólo forme mejor a las nuevas generaciones de chilenos y chilenas, sino a nosotros mismos.
Ello, pensando a la educación en un concepto amplio, permanente, muy humano, donde todos podemos participar a repensar Chile en este cambio epocal y nacional en que nos encontramos en el cual hay que reconstruir paradigmas, conceptos, creencias y prácticas que tienen lugar desde lo cotidiano hasta las aulas, incluyendo los contenidos de los cuerpos legales y técnicos.
Por lo señalado, esta columna abordará desde los “pequeños” hasta los supuestos “grandes” temas de la educación que en realidad se hacen efectivos en el actuar formador diario de las familias, del vecindario y de la comunidad en general, en todo tipo de espacios reales y virtuales: los museos, parques, barrios, bibliotecas, medios de comunicación y en el cada vez más reducido y afectado mundo natural que debemos cuidar y recuperar urgentemente.
Todo educa o deseduca y todos educamos o deseducamos si somos indiferentes a lo que sucede en nuestro medio local y planetario y que afecta a nuestros niños, niñas, jóvenes, adultos y personas de la tercera o cuarta edad. Por ello, es que debemos remirar nuestros estilos de vida y sus valores, y los entornos sociales, culturales y naturales, para reflexionar si estamos conformes con estas situaciones y si podemos mejorar en algo en función al “bien-estar” de todos y al bien común.
Si hacemos de ello una actitud permanente de nuestro actuar, nos convertimos todos en educadores y si vamos incorporando cada vez a más y más personas, podremos llegar a constituir una sociedad educativa dedicada a una mejor formación humana de quienes habitamos este país y de la Tierra en su conjunto, porque los problemas del desarrollo son locales y planetarios.
Por lo expresado, en ciertas oportunidades trataremos temas de educación en la familia, entregando algunas orientaciones a los padres o encargados sobre porqué es importante realizar ciertas actividades con los niños y niñas con algunas sugerencias para realizar en el hogar, en la calle, en un parque, etc., como base para que se creen otras.
En otros casos, abordaremos políticas públicas en esta área o temas referidos a los medios de comunicación o sugerencias para cualquier persona, que quiera aportar a una sociedad mas equitativa e inclusiva que potencien la humanidad creadora que todos debemos representar.
En fin, lo que deseamos señalar es que toda persona y espacio puede ser útil para educar a otros a lo largo de toda la vida, y que para ello no se requieren materiales o espacios sofisticados sino deseos de aportar, siendo esa la invitación que deseamos hacerles a través de esta columna.
El mundo está cambiando dramáticamente, nuestro país también y nosotros tenemos que contribuir a formar un Chile mejor a partir de una educación que apoye la formación de las nuevas generaciones acorde a las demandas en estos complejos tiempos de incertidumbre, pero también de oportunidades; a ello queremos invitarlos con esperanza y mucho amor, los ingredientes fundamentales para empezar a educar.