Por Emilio Daroch Fernández, Vicepresidente de la FEUT -1973 y Presidente de la Corporación solidaria UTE-USACH.
Hace 50 años, la Universidad Técnica del Estado, era una universidad ligada al proceso productivo, y orientada fundamentalmente al desarrollo de las grandes esperanzas, de un Chile mejor.
La UTE estaba ahí donde el pueblo la requería, educando, entregando tecnología, desarrollando ciencia, que sirviera para mejorar las relaciones productivas, para avanzar en la capacitación, en la educación de miles de hombres y mujeres, que se adentraban a la lucha social, a cumplir tareas, que beneficiaran no solo a los dueños de empresas, sino también en la obtención de los beneficios de un desarrollo productivo.
Eran momentos difíciles, la derecha, los grandes empresarios, empresarios poco honestos, acaparaban productos de primera necesidad, realizaban acciones subversivas, apoyados por grupos armados, como Patria y Libertad, terroristas, contra la población, derramaban la leche en los ríos, atacaban los puentes, los acueductos.
Esos mismos sectores empujaban a los camioneros a obstaculizar el transporte de alimentos. Por su parte, los comerciantes, en gran número liderados por sectores de la Derecha, mantenían sus tiendas desabastecidas, para asustar a la población. Se sentía la asonada golpista contra el Gobierno Popular.
En los meses previos al Golpe, los estudiantes de la UTE cada día salíamos a entregar apoyo a la población, entregando parafina, vital elemento para el invierno; descargando sacos de alimentos en los terminales ferroviarios; acudiendo a las poblaciones a entregar la ayuda solidaria; formando brigadas, junto a las autoridades, para investigar y mostrar el acaparamiento de mercadería, que tenían empresarios organizados y cuyo fin era crear el caos, la inseguridad y la ingobernabilidad.
Los partidos de derecha, organizados en la llamada CODE, que se decían “democráticos” bombardeaban a gobierno, acusándolo de todo y cada uno de los problemas, cuando ellos eran los principales impulsores del caos y la anarquía.
Pero, nada de esto impedía el desarrollo del Gobierno popular, y menos de nuestra Universidad, con el Rector Kirberg a la cabeza. Nuestra UTE entregaba no solo la solidaridad a la población, sino que además los alumnos aportaban con sus trabajos voluntarios en las poblaciones, iban a las empresas y al campo llevando la voz de una nueva patria que podríamos construir.
Es por ello que la Universidad Técnica, fue allanada con furia, con odio, con terror. Cientos de profesores, funcionarios, estudiantes, fueron tomados presos, golpeados, maltratados, pisoteados, denigrados, por el solo hecho de ser de la Universidad.
No olvidamos que, el 11 de septiembre, el Golpe empezó en la UTE en la madrugada, cuando un comando de la Armada allanó la radio, ametrallando sus equipos y haciendo volar la antena. Se enmascararon, cobardemente.
Tres lugares en Santiago fueron bombardeados: la Moneda; Tomas Moro (residencia del Presidente Allende) y la UTE. Nuestra Casa Central fue cañoneada el 12 de septiembre, para exigir la “rendición“ de quienes estaba adentro., como si hubiéramos estado resistiendo a los golpistas.
La UTE, tiene un lugar en la historia no solo por haber sido brutalmente ocupada el 12 de septiembre, sino, además, por todo el legado, que antes entregó al país, transformándose en una universidad de primer nivel, de apoyo a las grandes transformaciones nacionales.
Sus carreras, orientadas a la producción, estaban presente en las empresas, en las minas, por todo el país. Su carácter nacional le permitía cubrir las principales actividades de todo el ámbito productivo y la investigación. Sus profesionales, sus egresados, realizaban sus prácticas en las empresas, retroalimentando las necesidades que el país requería.
Desde el punto de vista académico, la UTE se preocupó de crear carreras Tecnológicas, presentes en más de 25 ciudades del país, estrechamente vinculadas a distintos ámbitos del desarrollo económico y de la industria, permitiendo que miles de alumnos pudieran cursar carreras de formación técnica, de corta duración, amparados por las mismas empresas.
El Golpe de Estado, cívico-militar y fascista, destruyo no solo una esperanza de cambios en el país, también destruyo una universidad que cumplía un importante rol en este proceso.
A los 50 años solo, podemos decir, que la UTE, ESTÁ VIVA EN LA USACH.