Programas Radio Usach

Pablo Medel

Preocupación existe en el rubro gastronómico porque toda la Región Metropolitana volverá a la Fase 2 del plan Paso a Paso del Gobierno. Esto implica que muchas de las actividades públicas que ya se habían reabierto volverán a tener atención reducida, algo que afectaría directamente al rubro gastronómico y al turismo.

Para conocer cómo impactará esto al sector de restaurantes, Escena Viva entrevistó a Máximo Picallo, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía. “Obviamente no es una buena noticia, aparece nuevamente el fantasma del cierre de locales, gran parte de los restaurantes no tienen terraza para seguir trabajando. Esto impacta no sólo a la Región Metropolitana sino a todo Chile, por la prohibición de movilizarse a otras regiones. Esto ha traído nuevamente el peligro de perder empleos”, asegura.

Consultado por cómo evalúan esta medida, Picallo afirma. “A nosotros nos habría gustado que en el mismo decreto, se hubiera dicho que esto era solamente por dos semanas, un tiempo acotado, eso habría permitido a los dueños de restaurantes organizar las compra de alimentos, los proveedores y las deudas”, apunta el dirigente.

A esto se suma la prohibición de viajar a otras regiones, situación delicada en tiempos de vacaciones, Máximo Picallo cree que esto podría marcar un punto sin retorno. “Hay ciudades del sur en donde la situación es catastrófica. En Punta Arenas no han abierto desde marzo, y ellos se juegan en los próximos tres meses su permanencia. Recordemos que en verano ellos hacen el 70% de las ganancias del año”, advierte.

Y continúa con su diagnóstico, “estamos pagando los costos de esta crisis. Lo que más nos molesta es que los restaurantes no fueron los responsables de esta subida en los contagios. Al final, los únicos que vamos a pagar los platos rotos somos los restaurantes”, reafirma.

Frente a la pregunta si han tenido acercamiento con las autoridades, Picallo señala. “Nosotros siempre estamos conversando con las autoridades, pero con el ministerio de Economía. Hace falta una coordinación mayor, es cosa que salgan a la calle para darse cuenta que circula mucha gente, los restaurantes están cerrados, pero afuera hay comercio ambulante y con carritos vendiendo comida, hay que fiscalizar al comercio informal, ahí está el peligro”, concluye Máximo Picallo, presidente de ACHIGA, Asociación Chilena de Gastronomía.