Bélgica Castro, actriz y Alejandro Sieveking, dramaturgo, fueron una pareja que dejó una huella irremplazable en la historia del teatro nacional. Inquietos, entusiastas y sumamente creativos legaron desde las artes escénicas un antecedente artístico relevante para la memoria cultural, al retratar la realidad de Chile y sus habitantes.
Sieveking falleció el 5 de marzo de 2020 y Castro el 6, al día siguiente. Ambos fueron velados en la sala Antonio Varas del Teatro Nacional Chileno. Tres años antes de su partida los escritores Rosa Rodríguez y Antonio Briones comenzaron un trabajo de recolección testimonial e investigación, sometiéndose de esta forma a diferentes entrevistas y conversaciones con los artistas, así como también a la lectura de documentos y revisión de fotografías y pósters, desembocando así el libro “Bélgica Castro y Alejandro Sieveking: dos vidas para el teatro”, el cuál escribieron y editaron en conjunto con Ventana Abierta Editores.
El libro lo encuentras disponible en diferentes librerías nacionales, entre ellas, Librería USACH, ubicada en el Barrio Lastarria, metro Universidad Católica.
En conversación con el programa Escena Viva de Radio Usach, los escritores ahondaron en el trabajo y perseverancia detrás de este producto literario, además de expresar su gratitud y emoción al haber tenido la oportunidad de trabajar de la mano con los artistas que retratan: Ante esto, Antonio Briones mencionó: “Bélgica y Alejando se movían por un espíritu creativo enorme y eran eternos aprendices, siempre querían aprender, y fueron marcados también por una relación de trabajo y creación con generaciones más jóvenes. Recuerdo que después de varias entrevistas y conversaciones que tuvimos, en el marco del libro de Víctor, los encuentro en el cerro Santa Lucía rumbo al GAM, donde estaban presentando una obra años después. Les propuse la idea y me dijeron que sí y así comenzó un largo camino de tres años en que todos los martes a las cinco de la tarde en su departamento de Santa Lucía”.
“Eran tan aplicados que cuando llegamos ya tenían la mesa puesta y los álbumes gigantes”, añadió Rosa Rodríguez.
Además, se refirieron a la relación íntima que Alejandro Sieveking poesía con Víctor Jara, quién fue su compañero y amigo creativo durante muchos años desde que eran jóvenes y que tras su asesinato a manos de la dictadura dejó una herida muy profunda: “Convicción y trabajo. Yo creo que eso resume la actitud que tuvieron ante la pérdida de su amigo, porque además de ser compañero de generación de Alejandro en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, eran compañeros de creación. De hecho la obra con la que Víctor se tituló como director quedó como parte del teatro nacional. Fueron una pareja creativa que revolucionó el teatro chileno y en paralelo ellos tres se convierten en figuras de la cultura nacional, representaron muy bien lo que nos hace ser chilenos”, mencionó Antonio Briones.
Durante los años que tomó la investigación para el libro, los autores estrecharon una amistad con la pareja de actores, en donde destacaba mucho la admiración por el trabajo que desempeñaban los artistas y la emoción de poder compartir con ellos de forma cercana. Ante esto Rodríguez expresó: “Bélgica siempre decía que cada persona que entra al teatro tiene que salir mejor ser humano, el teatro y el arte son para eso, para sensibilizarse y entender que vamos a ser mejores una vez que se termina de leer un libro, de ver una obra, de visitar una exposición, tenían esa convicción de que estaban aportando a un país, es una generación que tenía muy claro eso”.
“Eran familiares pero también muy herméticos en la gente que se les acercaba, tenían esa dualidad. Alejandro estaba realmente operado del ego, a mí una de las cosas que más me impresionaba de su personalidad era que siempre era un estudiante, un aprendiz. Yo las primeras veces que llegué no podía hablar en las grabaciones porque pensaba que estaba en frente de Alejandro y Bélgica, los miraba y era demasiado. Después uno comprende que ellos si quieren incorporarse en su vida y el trabajo del libro fue de tres años pero la amistad fue hasta el día que se fueron”, añadió.
Para finalizar se refirieron a las repercusiones personales tras la ausencia de esta pareja de artistas, quienes fallecieron simultáneamente en el año 2020: “Cuando partieron me quedó un vacío de que me pasara algo y pensar a quién comentárselo, pensaba en Alejandro y que él tendría una visión muy especial de eso, entonces fue como una saudade increíble porque él tenía una forma de ver la vida muy especial”, mencionó Rosa Rodríguez.
“Bélgica y Alejandro tenían una absoluta dedicación, trabajo y vocación por el teatro. A propósito del Festival Teatro a Mil, nunca ninguna de sus obras fue seleccionada. No fue hasta que ganaron el Premio Nacional de Arte, primero Bélgica después Alejandro, ellos fueron sumamente austeros en su vida y abocados absolutamente al trabajo del teatro y por hacerlo bien”, cerró.
El libro se encuentra disponible en diferentes librerías nacionales, entre ellas, Librería Usach, espacio universitario ubicado en el Barrio Lastarria, metro Universidad Católica.
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