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Cultura

“Nosferatu, una escenita criolla”, la película que estuvo enterrada en un patio en plena dictadura

La copia en 16 milímetros sería oculta bajo tierra por décadas antes de que finalmente viera la luz, tras ser desenterrada y sacada del país, a principios de la década de los noventa. Fue digitalizada y conservada por el Archivo Patrimonial Usach.

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  • Belén Muñoz B.

  • Viernes 10 de enero de 2025 - 16:49

Un vampiro alienígena que viaja por la galaxia aterriza en su tumba en Santiago de Chile. Esa es la trama de la película “Nosferatu, una escenita criolla”, cinta que iba a ser estrenada en 1973, pero que, al llegar la dictadura y la censura, tuvo que ser enterrada en el patio del actor principal del filme, Mauricio Saavedra.

La copia en 16 milímetros sería oculta bajo tierra por décadas antes de que finalmente viera la luz, tras ser desenterrada y sacada del país, a principios de la década de los noventa. El filme comienza a ser doblado por actores salvadoreños y hondureños en Estados Unidos, lugar donde Hernán Castellano Girón, director de la cinta y exestudiante del Departamento de Cine y TV de la Universidad Técnica del Estado, vivió su exilio.

Luego, el 2000, Castellano se la entregó a Diego Olivares, periodista y encargado de la Filmoteca de la Universidad de La Frontera, con el objetivo de resguardar la primera película de vampiros que se realizaba en Chile. Luego, se unió el Archivo Patrimonial Usach y la Cineteca Nacional para digitalizarla y conservarla.

La directora (s) del Archivo Patrimonial Usach, Ninoshka Piagneri, detalló a Diario Usach pasajes poco conocidos sobre esta particular travesía para que la cinta viera la luz, y fuera estrenada tras 51 años de su creación en la pantalla grande.

“Durante mucho tiempo se pensó que era una película hecha desde la universidad, pero no es así. La película fue hecha por estudiantes de la carrera de realización cinematográfica de la UTE, pero era un proyecto personal”, profundizó.

GUIÑOS POLÍTICOS

La directora (s) del Archivo Patrimonial contó que la cinta “se grabó entre los años 72 y 73, pero con el Golpe de Estado fue enterrada en el patio del actor principal, Mauricio Saavedra. La película tenía muchos guiños políticos, una postura clara de lo que pasaba en esa época, con los golpistas, había una intención política”.

Ninoshka Piagneri reveló que “también tiene que ver con el estatus que tuvo la UTE con el Golpe, que fue una de las universidades atacada. Había un cierto miedo generalizado, por ende, había temor”.

Sobre cómo llegó a manos del Archivo Patrimonial, relató que “Diego Olivares sabe de la existencia de esta película, se contacta con Castellano y es él quien le entregó personalmente una copia para que se conservara y se difundiera la película. En ese proceso, Hernán fallece, y Diego se contacta con nosotros, en específico con Michelle Ribaut, encargada del área audiovisual del Archivo Patrimonial Usach”.

PROCESO DE DIGITALIZACIÓN

Ya con la película en manos del Archivo Patrimonial comenzó otro proceso para cumplir el deseo del director: que su cinta fuera vista y su voz escuchada. Ninoshka Piagneri contó que "se limpió la película, se pasó por la máquina de digitalización y se guardó en una nueva lata, y se ingresa a bóveda". De esta manera, quedó en una mejor calidad.

Además, agregó que el 2022 también se hizo un proceso de conservación. "De estabilizar la película, para que no se siga deteriorando, se ingresó a una bóveda, y la digitalizamos", relató.

Este año comenzarán otro proceso igual de importante: realizar la restauración digitalmente. "Es algo distinto a la digitalización y la conversación, tiene que ver con la corrección de colores, de audio, entre otras cosas". La película también será compartida con subtítulos al español inclusivo, y en inglés.  

RESCATAR EL ARTE

La producción chilena, que dura 29 minutos, no tiene ninguna relación con la versión aterradora y gótica del clásico del cineasta alemán Friedrich Murnau, que adaptó la célebre novela de Bram Stoker hace más de cien años.

También es distinta al reciente estreno de la película de terror gótico checo-estadounidense, escrita y dirigida por el cineasta Robert Eggers, sobre el popular vampiro. En el caso del filme nacional se teoriza de manera filosófica sobre la miseria humana.

Jorge Olguín, director de cine chileno y pionero del género de terror en Chile, conversó con Diario Usach sobre “Nosferatu, una escenita criolla”. El hombre detrás de cintas como “Ángel Negro”, “Sangre Eterna”, “Caleuche”, “La Casa” “Análogos”, señaló que "encuentro que es maravilloso que se rescaten películas que están en el olvido, que están enterradas literalmente. Finalmente, rescatar patrimonio y visiones que quedaron de la época". 

El director agregó que esta cinta que "quedó atrapada en el tiempo, rescatarla y volver a colocarla hacia el público, es un acto maravilloso, porque finalmente es rescatar un patrimonio y una visión del momento, de la vida". 

Olguín planteó que la película tiene una visión "un poquito más postmoderna con respecto al género, donde toma elementos del género del terror, en este caso la figura de un vampiro para retratar una visión del autor, del cineasta, retratar como una ironía con respecto a la vida, temas políticos, religiosos, hay un juego, una expresión ahí bastante interesante".

El cineasta agregó que en fue "una época bastante compleja, donde hubo un hecho apagón cultural, sin duda, y claro, muchos proyectos se vieron encerrados".

El surgimiento de esta producción, que se transforma en la primera de terror en Chile, también es algo que rescatada profundamente Olguín, quien hasta la aparición de esta película era considerado el primer director en realizar un filme de este género.

"A mí me parecía extraño que no haya existido alguien durante los periodos 60, 70 que experimentara con el género del horror. Entonces, cuando yo salí con Ángel Negro y Sangre Eterna, siempre colocaban los periodistas que eran las primeras películas de terror (...) Entonces, me parece maravilloso que se haya rescatado esta obra y ahora tenga acceso al público".

Por último, agregó que "me parece un acto humano rescatar patrimonio, rescatar arte, rescatar cine, el retrato, nuestra imagen, cualquier imagen que se encuentre, cualquier película que esté atrapada en el tiempo, necesita ser vista, restaurada, rescatada".

IMPACTO EN LA GENTE 

Aunque la cinta se exhibió en la Universidad de Santiago y la Cineteca Nacional, no fue hasta que se exhibió en la VII edición del Santiago Horror – Festival Internacional de Cine Fantástico, que se realizó en octubre del año pasado, que tomó fuerza.

La directora (s) del Archivo Patrimonial contó que "el tratamiento de la película, y el efecto que ha tenido, ha sido bien impactante. El interés que ha surgido en distintos lugares".

Ninoshka Piagneri relató que "se mostró en su momento en la Usach, en la sala de cine, en la Cineteca Nacional, en el Museo de la Memoria, pero el impacto más grande que tuvimos fue participar el año pasado en el VII Festival de Terror de Santiago. Ahí va gente que no necesariamente tiene vinculación con la universidad y fue increíble la aceptación que tuvo, las risas, los aplausos, eso no lo habíamos visto. Se amplificó ese público”.

Agregó que "partimos tratando la película como cualquier otro material que se rescata y que está vinculado con la Usach, los actores también eran parte de la universidad, y primero es la primera película de vampiros en chile, se decía que era sangre eterna, de Olguín. Haberla puesto en valor, tener ese impacto, ya es algo súper revolucionario e impactante para el periodo en que se tuvo".

Por último, señaló que "vincular un tema político con vampiros, es algo muy creativo. No se pudo estrenar, tuvo exhibiciones menores, por ende, fue impactante verla por primera vez, en el presente. Es una novedad en términos cinematográficos, inédita, lo que generó que se mantenga la idea política, por la forma en que se hizo".

 

 

 

 

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