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La figura casi mítica de Arturo Prat Chacón se ha ido construyendo con más esmero en los últimos años al salir más detalles de su vida privada y al remover algunos hechos cotidianos que logran resaltar sus atributos humanos. El historiador Cristóbal García-Huidobro acercó a Radio Usach algunas de estas características que, más allá de la leyenda y el heroísmo, es un hombre recordado como “un hombre devoto, defensor de sus ideas… un excelente comandante, que se ganó el amor de sus marinos”.

A un día de otra conmemoración de la batalla y muerte de Prat, García-Huidobro señaló detalles del perfil ético y correcto del marino, que se ganó el odio de varios altos mandos por defender situaciones injustas, como solicitar la reintegración de Luis Uribe, pariente y amigo de él, a quien habían expulsado de la Marina por casarse sin pedir permiso. “Dicen que a Prat lo pusieron en el peor barco de la escuadra precisamente por la animadversión que había contra él”, señaló el historiador, luego de lograr la reintegración de Uribe.

“Es una figura que, sin elevarlo tanto, es universal. Un hombre estudioso, hombre de profesión (marino y abogado), un hombre que se entregaba a los más pobres, un hombre que tenía sus convicciones políticas bastante acendradas -era partidario del liberalismo-, creía en la libertad de culto pero sin hipotecar sus propias creencias religiosas como católico, era un hijo de su tiempo”, perfiló García Huidobro.

Detalles y anécdotas como la afición al espiritismo (tan de moda por aquellos años), cómo Manuel Montt lo ayudó a dar su examen de grado, o su estancia en Argentina para estudiar las tropas del vecino país, son algunas de las historias revisadas en el espacio, y que Cristóbal García-Huidobro invitó para conocer y “valorar al individuo en todas sus dimensiones”.

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