Si usted es un activo participante en redes sociales (como Instagram o Tiktok) es muy posible que, durante estas últimas semanas prenavideñas, de término de ciclos laborales y previas a las vacaciones de verano, se haya topado con publicaciones que hacen referencia al cortisol, vinculándolo a fuertes niveles de estrés y con diferentes “desafíos” que apuntan a disminuirlo.
¿QUÉ ES EL CORTISOL?
Según diversas fuentes científicas, el cortilsol es el “principal glucocorticoide secretado por la corteza suprarrenal que se libera en la sangre en situaciones de estrés; afectando muchas funciones fisiológicas, incluidas las anti-vitales acciones inflamatorias e inmunosupresoras, así como el metabolismo y la homeostasis que ejercen sus efectos sobre el tejido periférico en respuesta a dicha situación”.
En términos más simples, hablamos de lo que comúnmente se conoce como la “hormona del estrés”, es decir, de una secreción que se produce en las glándulas suprarrenales situada encima de los riñones que los seres humanos liberan en “situaciones de ansiedad”.
Y esto pasa desde el mismo nacimiento, tal como lo explica a Diario Usach Carlos Alberto Alarcón, médico del Hospital Dr. Franco Ravera Zunino y quien, actualmente, realiza la especialidad de Medicina Interna en la Universidad de Santiago. “Para que la mujer pueda iniciar su trabajo de parto, el cortisol del bebé tiene que secretar dichas hormonas. Es decir, partimos de la base que sin esto, no podríamos nacer”, explica.
A su vez, Alarcón señala que el cortisol tiene un ciclo en condiciones normales, en dónde el máximo se da en el momento en que nos despertamos “porque, finalmente, es la hormona de la alerta”.
Pese a la explicación, es innegable que el nombre de esta hormona no está ligada solamente a conceptos positivos, principalmente, por los efectos que tiene en el cuerpo humano cuando se produce en exceso: cara hinchada, disfunción eréctil, indigestión, fallas renales, falta de atención e hipertensión, entre varias otros más.
¿El CORTISOL ES BUENO O MALO?
En conversación con Diario Usach, el neurofisiólogo y académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago, Fernando Ortiz explica que la hormona del cortisol “se secreta como respuesta al estrés y nos ayuda a que los mamíferos humanos, y a los humanos en particular, respondan ante dichas situaciones mejorando nuestro funcionamiento. Por ejemplo, uno de sus principales efectos es que aumenta la azúcar en la sangre provocando, en efecto, un mejor funcionamiento de las neuronas y eso desemboca en una mejor respuesta a las situaciones de tensión”.
El académico lo grafica así: “en fisiología siempre hablamos de la respuesta a la lucha o a la huida. En el fondo, se activa el sistema nervioso, se produce el cortisol, la hormona eleva la cantidad de azúcar y eso hace que las células neuronales y las neuronas funcionen mucho mejor y más rápido y, finalmente, las personas pueden luchar o huir. Se genera una respuesta positiva y adaptativa al origen”.
¿Y cuándo surgen los problemas? El profesor Ortiz indica que los aspectos negativos se explicitan “en los momentos en que las personas se ven sometidas a situaciones que generan estrés crónico (ya sea por aspectos laborales, de salud, o de índole personal, etc.). Ahí el cortisol no solo se eleva en situaciones en las que debes escapar o luchar, sino que se mantiene arriba todo el tiempo. Y finalmente, eso deriva en situaciones metabólicas con aumentos de azúcares y grasas. Y eso a la vez, hará que el sistema nervioso no funcione de manera correcta”.
Alejandra Rossi, psicóloga e Investigadora del Centro de Estudios en Neurociencia Humana y Neuropsicología de la Universidad Diego Portales (UDP), explica que “el cortisol es una hormona que es necesaria y que se secreta por distintas cosas. Está asociada al estrés negativo y debemos considerar que ese estado no siempre es malo. Es una respuesta de sobrevivencia y adaptación por lo que también tiene elementos positivos”.
Rossi coincide con Ortiz al indicar que, ante condiciones contextuales relativamente sanas o normales, el cortisol de una persona debería permanecer en niveles bajos y que eso puede cambiar de manera sustancial “en situaciones de sometimiento o en circunstancias de estrés crónico”. Del mismo modo, la profesional UDP indica que la sustancia nunca se secreta sola sino que lo hace con otras hormonas como la adrenalina y la noradrenalina. Y esa esa combinación lo que termina provocando daño”.
¿BAJAR EL CORTISOL? LA MIRADA ANTE LOS DESAFÍOS PROPUESTOS EN REDES
Como se indicaba en el inicio de este artículo, hay muchas personas que están utilizando las redes sociales para entregar soluciones, que según ellos, permitan disminuir los niveles de cortisol (y que van desde propuestas alimenticias a ejercicios específicos para partes específicas del cuerpo, como el rostro).
¿Son recomendaciones efectivas? Para Alejandra Rossi “hay que tener mucho cuidado con seguir los trending topic que circulan por la red. Es muy importante considerar la fuente desde donde vienen ya que muchas veces las personas no tienen las herramientas para identificar cuáles son confiables (basadas en la evidencia) y las que no”.
El académico Usach coincide en ese último punto indicando que “es importante cotejar lo que aparece en redes sociales con información fidedigna”. El profesional indica que en varias publicaciones aparecidas en redes aparecen datos destinados a la disminución del estrés, y ante eso, recomienda estar atento a las sutilezas que generalmente no se consideran en las redes sociales”.
“Por ejemplo, varios videos en tiktok sostienen que hacer yoga disminuye el cortisol Y, cuando esa actividad se realiza de manera respiratoria, efectivamente funciona. Ahora, si al momento de practicarlo empiezas a general mucho calor, eso finalmente se termina convirtiendo en una señal de estrés y ahí, la hormona no se va a disminuir”, señala.
Ortiz comenta que hay otros influencers que recomiendan tomar mucha agua. “Simplemente, hay que mantenerse hidratado, porque la falta de hidratación es una señal para el cuerpo. Cuando tú tienes sed, te estresas y aumentan los niveles de cortisol”.
Finalmente, Alejandra Rossi sostiene que si una persona siente mucha incomodidad o problemas físicos, por situaciones estresantes, la indicación es siempre consultar a profesionales del área de la salud antes “de hacer caso a las recomendaciones que aparecen en internet, que pueden ser bien intencionadas, pero no siempre son basadas en evidencia o en algún tipo de soporte científico o médico”.