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Columna de Opinión

II Congreso Pasado: Nada nuevo bajo el sol

Felipe Cussen, profesor titular IDEA-Usach, Director Doctorado en Artes y Humanidades.

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  • Pablo Medel

  • Miércoles 8 de enero de 2025 - 16:10

“Nada nuevo bajo el sol” es la expresión que hemos escogido para darle nombre a la segunda versión del Congreso Pasado, organizado por La oficina de la nada, el Seminario Permanente de Literatura Comparada UC y Clio: grupo de estudios en Historia de la Filosofía y que se llevará a cabo en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Centro Cultural de España el lunes 13 y martes 14 de enero.

Las fechas escogidas no son azarosas: ese mismo día se inaugura el XIV Congreso Futuro, que se ha destacado por promover diálogos en torno a desafíos acuciantes del mundo actual: el cambio climático, las fake news, la inteligencia artificial, la computación cuántica, entre muchos otros. Los y las organizadoras del Congreso Pasado no somos ajenos a esas problemáticas pero nos situamos desde otra perspectiva. Nuestra mirada no nace desde la ciencia y la tecnología sino desde la filosofía, la literatura y las artes, disciplinas que desconfían de las respuestas rotundas y soluciones perfectas, que se solazan en pensar todo una y otra vez, a veces a lo largo de muchos siglos.

“Nada nuevo bajo el sol” es una frase muchas veces repetida, que encontramos por primera vez en el Eclesiastés, el libro más existencialista del Antiguo Testamento, en el que se ponen en duda los éxitos y fortunas humanas, incluso las novedades: “Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol. Una cosa de la que dicen ‘Mira esto, esto es nuevo’, aún ésa fue ya en los siglos anteriores a nosotros”. Esta invitación puede parecer pesimista, porque opera como un recordatorio implacable de la vanidad de todo lo existente, pero también nos permite tomar distancia de los apuros de la vida cotidiana, de las agitaciones innecesarias, porque estos también pasarán.

Nos hemos propuesto en estos días, entonces, un espacio de pausa para disfrutar la lentitud que requieren las reflexiones de asuntos tan lejanos pero a la vez tan convocantes como los movimientos del alma, el mensaje de una partitura del siglo XVII, las delicias de una pintura barroca, el materialismo mágico de Giordano Bruno o un poema amoroso de Safo. Quizás no lleguemos a ninguna conclusión definitiva, pero quizás sea mejor: volveremos a reflexionar una vez más.