Sin duda, nuestro país está atravesando una situación difícil en aspectos hídricos y en acceso al agua potable, debido a la más grave sequía de que se tenga registro. De acuerdo con el Centro de Investigación de Resiliencia y Clima (CR2), la mega sequía se arrastra por 13 años al 2021, siendo ese año el quinto más seco en 100 años.
Este último verano se registraron temperaturas récord de, por ejemplo, 41.5°C en Chillán, 42.2°C en Los Ángeles y 37°C en Santiago, con olas de calor que duraron días, provocando la agudización de la sequía, ya que estas olas fueron acompañadas de largos períodos sin precipitaciones.
Así también, hemos sido testigos, a través de los últimos años, de déficit pluviales en zonas del extremo sur del país, caídas en los niveles de aguas de embalses en el centro norte (tranque Los Aromos, Valparaíso y embalse Puclaro, Región de Coquimbo, entre otros) y los principales glaciares de la zona central del país, fuente de agua potable, especialmente para la capital, han retrocedido en los últimos años.
Por otra parte, existen zonas del país que ya presentan graves problemas de acceso al agua potable y enfrentan serios problemas en el acceso a agua para regadío, por ejemplo, la zona de San Pedro de Melipilla en la Región Metropolitana y la zona de Petorca en la Región de Valparaíso, en donde existen cortes de agua potable diarios y entrega de agua potable a través de camiones aljibe.
Es por esta razón que resulta relevante poner en marcha un proceso de planificación hídrica que permita poner a la ingeniería al servicio de la generación de soluciones, educación y políticas públicas y que nos permita enfrentar el futuro que, según las proyecciones, se espera sea cada vez más seco, visualizándose una disminución de precipitaciones hasta del 40% para el año 2050.
Un gran paso se ha dado al generar un diagnóstico para el desarrollo de un Plan Nacional Hídrico, Sin embargo, se necesita una acción más decidida. Primero, es importante generar conciencia hídrica en la población sobre el uso y cuidado del agua a nivel doméstico como, por ejemplo, educar sobre el riego de jardines, uso de especies que consumen poca agua; así como el desarrollo e implementación de tecnologías accesibles para el reúso de aguas grises domésticas, etc.
Es importante fomentar y promover soluciones que permitan reducir consumos de agua en agricultura y acceso a tecnología de riego eficiente, cuyo consumo de agua a nivel nacional alcanza el 73%, a través de subsidios a pequeños y medianos agricultores y, finalmente, pensar en la desalación de agua como alternativa real para proveer del elemento localidades que ya no tienen acceso al agua con uso eficiente y responsable.
También una importante política pública a implementar es incorporar parámetros de gestión sobre el uso responsable del agua en las actividades agrícolas, industriales, educacionales y domésticas, como lo son los análisis de ciclos de vida y huella hídrica, con el fin de tener un uso más sostenible del recurso vital.
Según el estudio realizado por el World Resources Institute (Hofste et al., 2019), 17 países se encuentran con niveles extremadamente altos de estrés hídrico, la mayoría pertenecientes a Medio Oriente y Norte de África. Justo después, en la posición 18 de ese ranking, aparece Chile como primero entre los países con altos niveles de estrés hídrico, siendo el único país latinoamericano que pasará a un nivel de estrés hídrico extremadamente alto en el 2024 (EH2030, 2019).
Nuestro equipo “Greywater treatment and reuse - GWR” financiado por Proyecto Anillo – ANID ATE220224, integrado por la Universidad de Santiago de Chile, en conjunto con la Universidad del Bío-Bío y la Universidad Andrés Bello, trabaja en el desarrollo de soluciones electroquímicas, mediante el uso de membranas que permitirán la reutilzación de las aguas grises domiciliarias en muros y techos verdes.
Buscamos reducir el impacto de la crisis hídrica, a través del trabajo colaborativo entre grupos de diferentes disciplinas, instituciones y países, en una perspectiva holística sobre el efecto del cambio climático en la escasez de agua y sus consecuencias.