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Mito o realidad: ¿Los huesos pueden predecir si va a llover o estará helado?

Jorge Cancino Jiménez, profesor asistente de la escuela de kinesiología de la Universidad de Santiago y coordinador del área musculo esquelética en la misma casa de estudios, aclaró si es posible anticipar los días fríos o las lluvias a través del dolor muscular y articular.

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  • Diario Usach

  • Martes 30 de abril de 2024 - 07:55

  • GTRES

"Cada vez que se pone helado me duelen las manos y la muñeca. Siempre me pasa cuando va a llover, así que es como si fuera meteoróloga sin serlo, es como que me avisara cuando estará frío o caerán algunas gotas".

El caso de María Aravena, que está diagnosticada con Artritis Reumatoide, es el de muchos chilenos. Son varias las personas que señalan sentir un dolor intenso en la rodilla, en las muñecas o en los tobillos, y que viene de la nada, cuando bajan las temperaturas o hay precipitaciones.

Diversos estudios científicos han sugerido que ciertas condiciones del tiempo pueden afectar más a algunas personas, sobre todo en jornadas frías o húmedas.

Jorge Cancino Jiménez, profesor asistente de la escuela de kinesiología de la Universidad de Santiago y coordinador del área musculo esquelética en la misma casa de estudios, aclaró las dudas que existen sobre si es efectivo que los huesos pueden predecir una posible lluvia o un descenso en la temperatura.

"En verdad no son los huesos los que duelen debido a estos cambios de temperatura, o a la humedad, o a la presión atmosférica, sino que son más bien las articulaciones las que van a generar estas molestias a los cambios de temperatura", señaló de entrada.

Al profundizar sobre este tema, añadió que "lo que ocurre finalmente es que cuando el clima es más frío hace que nuestro cuerpo esté mucho más contraído por lo cual se provocan mayores contractura o dolencias a nivel tanto muscular como articular".

Cancino indicó que la explicación científica a esto "tiene que ver principalmente con una vasoconstricción, donde se produce un menor riego sanguíneo (Flujo o movimiento de la sangre por todo el cuerpo) en en respuesta a este clima húmedo o frío y los músculos se contraen".

El coordinador del área musculo esquelética planteó que "las articulaciones tienen un líquido que las lubrica, llamado líquido sinovial, que se hace mucho más viscoso, más espeso, por lo tanto se podría producir algún tipo de dolor".

Dolor en los huesos

Aunque el experto aclaró que las intensas molestias en distintas partes del cuerpo tienen su origen en las articulaciones, sí puede existir un grupo de personas que efectivamente sienten molestias en sus huesos con los cambios de temperatura.

"Puede darse principalmente cuando existe un hueso patológico, que quiere decir que la persona tuvo alguna fractura, alguna lesión o algún tipo de tumor, donde en este caso la diferencia de presión entre la atmosfera y el interior del hueso hacen que se produzca un tipo de dolor especifico, pero en general la respuesta que con el frío duelen los huesos no es la correcta, más bien  son las articulaciones y el tejido muscular el que produce respuestas en base a este cambio de temperatura", aseveró.

En tanto, un estudio publicado en la revista Injury investigó el vínculo entre el estado del tiempo y el dolor asociado con los huesos rotos reveló que los pacientes reportaron más dolor en la revisión de seguimiento de un año después si la presión atmosférica era baja.

En tanto, otro artículo, publicado en NPJ Digital Medicine, analizó los niveles de dolor auto-reportados en 2.658 personas que vivían con padecimientos que les generaban dolor crónico. Tras la investigación de 15 meses, se descubrió que su dolor empeoraba cuando la humedad se incrementaba y la presión atmosférica disminuía.

Pero también hay estudios que ponen en duda estas publicaciones científicas. Un estudio realizado por investigadores del Instituto Kolling de Australia y fue publicado en la revista Seminars in Arthritis and Rheumatism, no encontró relación entre el dolor muscular y articular con los cambios en las condiciones meteorológicas.

"Las personas no experimentan más dolor ni más brotes de dolor cuando hace calor, frío, humedad o llueve, lo que sugiere que no existe una relación directa entre el clima y el dolor articular o muscular. La única excepción fue la gota, donde descubrimos que el tiempo caluroso y seco puede aumentar el riesgo de un brote en personas con gota", afirmó la profesora y científica Manuela Ferreira, quien fue parte del estudio.

 

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