Pese a que el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, ha señalado que seguirá “trabajando hasta el último segundo” en la institución, lo cierto es que su salida es inminente. Esto debido a su futura formalización por el delito de omisión en apremios ilegítimos durante su gestión como encargado de Orden y Seguridad de la institución, en el contexto del estallido social.
De concretarse su salida se trataría del cuarto general que no lograría terminar su mandato. Su antecesor, Mario Rozas debió renunciar debido a su manejo en las manifestaciones de 2019.
En abril ya se hablaba de su renuncia, pero no se concretó por el ataque a tres carabineros ocurrido en Cañete, Región del Biobío, quienes fueron encontrados calcinados al interior de una camioneta.
LOS COLETAZOS DEL ESTALLIDO SOCIAL
Aunque asumió luego de las movilizaciones, Yáñez no pudo parar los cuestionamientos por abuso de poder, uso excesivo de la fuerza y violaciones a los derechos humanos. Incluso bajo su dirección, la represión a manifestantes ha sido un tema polémico.
En este contexto, y conversación con Meganoticias, el uniformado sostuvo que en el estallido social los efectivos policiales “estuvieron a la altura de los desafíos, más allá de errores puntuales que puedan haber cometido; de excesos que puedan haber ocurrido y que están siendo investigados”.
“Si no hubiese sido por Carabineros, no habríamos tenido una transición de un mando presidencial a otro, no habríamos tenido dos asambleas constituyentes y no tendríamos un país en democracia como el que tenemos hoy”, agregó.
Cabe destacar que el Instituto Nacional de Derechos Humanos determinó que en ese periodo se contabilizaron 3.777 víctimas, cuyo promedio de edad es de 26 años. 591 corresponden a niños, niñas y adolescentes, y 959 a mujeres. Del total de víctimas, 3 mil 581 personas sufrieron algún tipo de lesión física. Siete personas fallecieron. 194 víctimas mujeres denunciaron hechos de violencia sexual.
REFORMA A CARABINEROS, LA VICTORIA
Uno de los temas más conflictivos derivados del estallido fue la reforma a la institución. En una primera instancia, el general director tuvo que hacer frente a las solicitudes de refundación del organismo al finalizar el gobierno de Sebastián Piñera.
Al llegar Gabriel Boric a La Moneda, el jefe de Estado y la cabeza al mando de Carabineros cultivaron una buena relación con el objetivo de impulsar una reforma que considera la formación de los miembros de la institución hasta las confianzas ciudadanas.
A comienzo de año, el líder de Carabineros señaló que "el apoyo y respaldo político lo tenemos por parte de la autoridad".
En esa línea, Yáñez ha destacado como punto alto de su gestión los cambios que ha impulsado y la revalorización que ha tenido el organismo durante su gestión. “No nos olvidemos de que se habló de refundación e incluso se nos quiso hacer desaparecer”, dijo a El Mercurio.
CRISIS DE SEGURIDAD Y EL ROL DE YÁÑEZ
La crisis de seguridad que atraviesa la Región Metropolitana significó un respiro para el general por un tiempo. El gobierno, apremiado por la situación, descansó en Yáñez para encabezar una serie de operativos.
Entre las medidas anunciadas se encontraba modificaciones al plan Calle Sin Violencia que significa 1.669 carabineros habilitados para funciones territoriales. Además, instruyó que los funcionarios de la institución que se encuentren fuera de su horario laboral y sin su uniforme de trabajo
Al respecto, el general se mostró optimista y señaló que “estoy convencido de que podemos controlarla”.
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