En el contexto de sequía en el que se encuentra Chile hace más de diez años, el abastecimiento de agua para el consumo humano es uno de los principales focos de preocupación. De acuerdo con la Mesa Nacional del Agua, el consumo del elemento en Chile creció en los últimos años, con extracciones que ascienden a 4.900 m3/s, equivalentes a 166 mil millones de m3/año. Se proyecta que esta demanda siga creciendo.
El sector agrícola es el mayor usuario de agua consuntiva, con un 72%, lo que también responde a la tendencia internacional. Según datos del Banco Mundial, en promedio el 70% del agua se ocupa en esta área productiva. Además, las actividades agrícolas representan una proporción mayor por la evapotranspiración de los cultivos.
¿Pero qué ocurre en casa? El consumo per cápita en Chile está en torno a los 170 litros por persona al día, lo que se encuentra muy por sobre lo que consumen los países europeos. Esta tendencia podría ser más notoria en épocas frías. El agua caliente es una necesidad básica en el día a día, pero afecta de manera directa a la economía familiar.
Es en este contexto que la instalación de dispositivos para calentar el agua es una decisión que debe ser bien pensada. Para ello es importante estipular los costos de cada una de las opciones que existen en el mercado, así como también el uso que le daremos, principalmente teniendo en cuenta la cantidad de integrantes del hogar y la demanda diaria.
Elección correcta para ahorrar
El calefont sigue siendo la opción más común para tener agua caliente en casa. Es por esto que elegir el indicado resulta fundamental para, en una primera instancia, cubrir las necesidades de consumo del hogar, pero también para evitar gastos excesivos, especialmente durante los meses de más consumo, como lo son julio, agosto y septiembre.
Por ejemplo, para una familia numerosa con más de un baño, lo ideal es un calefont 13 litros para poder abastecer esa demanda. Uno de menor capacidad afectará el correcto funcionamiento de la vivienda, generando trastornos, demoras y posiblemente gastos extra.
Otro dato importante a la hora de elegir el calefont adecuado para nuestro hogar es saber con precisión la conexión de gas disponible, sea licuado o natural, para comprar el que se ajuste a la disponibilidad con la que contamos.
Seguridad ante todo
Cuando hablamos de combustión en el interior de un hogar, ya sea por un calefont, un termo, una cocina o una estufa, lo primero que debemos tener en cuenta es la seguridad.
Y para poder determinar qué tipo de calefont es más conveniente en este aspecto debemos tener en cuenta todos los ítems: tipo de conexión, sistema de tiraje y expulsión de gases, sistema de encendido de combustión.
En base a estos tres aspectos, lo más seguro es un calefont eléctrico. Al no tener conexión con la red de gas justamente no hay combustión en el interior del hogar y por ende se reducen los riesgos de accidentes.
En segundo lugar, aparecen los calefont de conexión a la red de gas, o llamados calefont de gas natural. Y el que es menos seguro es el calefont de gas licuado, debido a que las garrafas requieren un control adicional, además de que continuamente se va cambiando la conexión y podemos cometer errores no deseados.
En cuanto al sistema de encendido de los calefont a gas, este puede ser de dos tipos: ionizado o convencional. En el primer caso, el encendido ocurre por un proceso electrónico de ionización de gases y es más seguro que uno convencional, que se enciende por un piloto que está en continuo funcionamiento.
Los calefont ionizados cuentan con sistemas de detección de llama y apagado automático en caso de que la llama se apague por alguna razón. Esto evita la acumulación de gas sin combustión y reduce el riesgo de fugas de gas.
Mantenimiento periódico
En todos los casos hay que tener en cuenta el mantenimiento de los dispositivos, en primera instancia por seguridad, y en segundo lugar, para estirar la vida útil.
Para ellos es importante realizar una inspección frecuente por parte de un técnico especializado, además de monitorear diariamente el funcionamiento. Incluso dejar de utilizarlo si se nota algo extraño, como puede ser algún ruido extraño u olor a gas.
Los dispositivos que tienen mecheros a gas y por los que circula agua en su interior deben ser revisados con frecuencia ya que los materiales sufren la corrosión provocando averías con el paso del tiempo.
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