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Sevilla vibró como nunca, pero solo una parte de la hinchada presente se quedó celebrando en una noche para la historia. Los béticos tuvieron que esperar hasta el último minuto de la final para saber si se llevaban el premio gordo, uno merecido desde la segunda mitad del juego. Pero el Valencia no se quedó atrás, digno de una final del torneo, buscó el triunfo casi a la par del Betis.

Es el tercer título copero del Real Betis tras los logrados en 1977 y 2005. Esta noche añadieron otro bajo el liderato de Pellegrini, que consiguió armar un equipo valiente, atractivo y siempre con el mismo argumento: tener el balón para hacer daño al rival.

De un centro de Héctor Bellerín nació el 1-0 tras un cabezazo de Borja Iglesias, designado el mejor jugador del encuentro. El 'panda' remató con violencia ante la impotencia de Mamardashvili, que nada pudo hacer en esa acción.

El Betis buscó el segundo sin descanso y Juanmi estuvo cerca con un remate de cabeza. Canales y William José dominaban la medular a su gusto hasta que el Valencia decidió cortocircuitar la fábrica verdiblanca con más balones al espacio y presión en la salida. En una de esas apareció Ilaix Moriba y metió un balón al hueco a Hugo Duro. 

El delantero del Valencia no desaprovechó la oportunidad y rubricó la jugada con una 'picadita' sensacional para batir a Claudio Bravo. Todo volvió a empezar aunque el Betis recuperó pronto su sitio. Canales avisó con un zarpazo a la base del poste que obligó a los 'che' a encontrar un camino diferente para zarandear a su oponente.

Al comienzo de la segunda parte, los dirigidos por José Bordalás, se presentaron con una mayor posesión y más agresividad en los metros finales. Paulista lanzó por encima del larguero y Juanmi contestó al palo, el segundo de los béticos, en un final apasionante con protagonismo de los dos porteros.

Los penales, sin más remedio, decidieron el título en una tanda que estuvo a la altura del partido. Willian José, Joaquín, Guardado, Tello y Miranda marcaron para el Betis, éste último decisivo después de que Musah fallara en el Valencia. La hinchada rugió de alegría, Joaquín subió a por la Copa y comenzó la fiesta en una Sevilla verde y blanca.