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Ubicada en la quebrada Yabricollita, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, la comunidad indígena homónima en la región de Tarapacá es guardiana de una herencia cultural milenaria. Sus raíces se remontan a los orígenes de la cultura Aymara, presente en el altiplano, cuya tradición textil ha sido un pilar fundamental en su identidad.

Cada tejido refleja la rica cosmovisión andina, resultado de la confluencia de influencias a lo largo de los siglos, entre las que destacan los imperios Tiawanaku e Inka. Este oficio es transmitido de generación en generación por la línea femenina: abuela, mamá e hija.

Conformada por 14 mujeres y 11 hombres, esta comunidad dedica su labor a preservar y transmitir los conocimientos ancestrales a las nuevas generaciones. Con la finalidad de expandir su patrimonio textil a todo Chile decidieron abrir una tienda física, ubicada en Pasaje Chapiquiña 3002, Alto Hospicio, y otra virtual (www.arteyabricollita.cl).

Katherin García Colque (34), tejedora de dicha comunidad, señaló a Diario Usach que “para nosotros es un logro tener esta tienda física, y también a través de las tiendas virtuales, para que más personas de la región y del mundo tengan acceso a la información de nosotros”.

Esta iniciativa no solo preserva su patrimonio cultural, sino que también empoderan a las mujeres de la comunidad, quienes, a través de la venta de sus productos, generan ingresos que contribuyen al sustento de sus familias y al desarrollo económico local.

La emprendedora relató los orígenes de esta tradición textil que ha sido un pilar fundamental en su identidad durante milenios. “Lo que recuerdo es que mis abuelos siempre se han dedicado a la agricultura y también a la ganadería. Como somos personas que pertenecemos a la cultura Aymara, a nosotros las mujeres desde bien pequeñas, desde los seis, siete años, ya nos empiezan a enseñar el arte textil, de los procesos más simples a los más complejos”.

Katherin agregó que “entonces, la familia de mi abuelo, las mamás de nosotros siempre se han dedicado al arte Aymara, tejiendo telas tradicionales que son uso propio de la cultura Aymara y también se han ido perfeccionando y evolucionando al tejido ya más contemporáneo”.

La tejedora destacada que las creaciones que realizan se busca “preservar y conservar la técnica del tejido tradicional aymara, que es a cuatro estacas, y también el ya más contemporáneo”.

CREACIONES ANCESTRALES

En las tiendas se podrán encontrar las creaciones más emblemáticas de Yabricollita, que son piezas no solo representan utilidades prácticas, sino también profundos lazos culturales con su entorno y espiritualidad.

Katherin García contó que cuentan con “tejidos tradicionales, como el poncho, las fajas, son propiamente de la vestimenta o la indumentaria de la mujer o hombre aymara. También tenemos otra línea ya que es la más contemporánea, que son tejidos como chales, poncho, bufanda, que son como utilizadas para el hogar, pero siempre manteniendo la técnica del tejido a telar. Todo este trabajo también es hecho a mano por mujeres artesanas aymaras”.

En su cultura ancestral, desarrollan la textilería desde el cuidado de las alpacas y llamas para obtener lana de alta calidad, hasta la esquila, hilado y tejido de piezas únicas. En Arte Yabricollita crean productos tradicionales y modernos que respetan íntimamente el conocimiento de sus ancestros.

Uno de las creaciones que hay es la llijlla, que según relató la tejedora, es un “manto que utilizamos para las mesas ceremoniales y también para uso doméstico, que es para cargar nuestros bultos, nuestra merienda, cuando vamos a pastorear a los campos o salimos a una travesía larga, es nuestro bulto de carga, como nuestra maleta. Nosotros para el cuidado de nuestros niños también lo utilizamos para cargar nuestros hijos. Es un objeto de alto valor para nosotros”.

Otra creación importante que tienen es la chuspa, una bolsa utilizada ancestralmente para guardar yerba y acompañar las largas jornadas en el altiplano.  Katherin resalta otro valor que tiene dicho objeto.

“Es importante para nosotros los aymara porque nosotros, cuando son autoridades que tienen un cargo importante deben tener su chuspa, porque de ahí nosotros guardamos la hoja de coca. No se guarda cualquier yerba ni nada de eso”, afirmó.

La tejedora agregó que “es la hoja sagrada cuando nosotros realizamos nuestras ceremonias y nos conectamos a través de ellos también con nuestro ancestro  para pedir permiso, para dar las gracias, para recordarnos de los que ya no están acá y también con los elementos de la naturaleza que nosotros también respetamos harto”.