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Un reportaje del portal Interferencia.cl dio cuenta de cómo siete alumnas del Colegio Saint George fueron vulneradas luego de que un grupo de compañeros utilizará Inteligencia Artificial (IA) para hacerlas aparecer desnudas (acción conocida como “deepfake”) y viralizar esos registros en redes sociales. 

El hecho obligó a los padres y madres de las estudiantes a interponer un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, donde se acusa al colegio de no activar el denominado “protocolo de sexualidad”.

Además, en el recurso judicial se asegura que las jóvenes afectadas fueron entrevistadas por el colegio en numerosas ocasiones, acto que profundizó la revictimización de las estudiantes. “Se vulneró la orden legal de no investigar o indagar en materia de sexualidad, sino que la búsqueda de investigación sólo debe tener por objetivo adoptar medidas protectoras para las víctimas”, explican los apoderados.

Desde el punto de vista legal, los responsables de este hecho podrían enfrentar a la justicia por diversos delitos ya que estas acciones podrían considerarse incluso como difusión de pornografía infantil.

“Los hechos podrían enmarcarse en tipos penales de producción, almacenamiento y difusión de material pornográfico infantil.  Además de lo anterior y sin perjuicio de una eventual discusión sobre concursos de delitos, también podría encuadrarse la conducta en ciertas figuras de la ley 21.459 que regula los denominados ‘delitos informáticos’", comentó Thomas Letonja, abogado y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago.

EDUCACIÓN Y RESPETO AL ENTORNO

En forma paralela a las eventuales responsabilidades judiciales, los expertos y expertas aseguran que para evitar que este tipo de situaciones se hagan frecuentes en los colegios del país, es fundamental el apoyo y seguimiento de casos de parte de toda la comunidad educativa, incluso en la educación del uso de redes sociales desde las primeras infancias.

“Todos los colegios deben tener reglamento de convivencia y abordar específicamente este tipo de situaciones, quizás no tan específico, porque sabemos que la tecnología está en constante cambio, pero sí el difundir imágenes falsas, pornográficas, imágenes que pueden ser difundidas rápidamente y es muy difícil recuperarlas, por lo que es una afectación permanente para estas niñas y no sabemos que alcance puede tener en el futuro”, comentó Natalia Ocampo, abogada experta en tema de niñez y académica de la Universidad de Santiago.

Además, la profesional hace énfasis en la capacidad que deben tener padres y madres de convivir con el acceso a redes sociales de sus hijos, a pesar de la brecha digital que pueda existir entre ambos.

“El comité de los derechos del niño ha hecho énfasis en que deben tomarse medidas en todas las instituciones relacionadas con la niñez, pero específicamente en este caso serían los colegios y los progenitores, porque el acceso a redes sociales es algo que va a ocurrir, ojalá evitarlo en primera instancia, pero tampoco se puede pretender que esto sea permanente hasta que la persona cumpla 18 años”, sostiene.

Desde los colegios y comunidades educativas también deben ser responsables sobre el uso y abuso que se comenten en redes sociales y como éstos afectan a sus integrantes. Se recomienda a las escuelas concientizar sobre el impacto que las tecnologías pueden tener en nuestras vidas, pero también en nuestro entorno.

“Como profesionales de la salud mental hacemos un llamado para que se fomenten las habilidades sociales dentro de los contextos digitales, con esto me refiero a las habilidades, destrezas que las personas pueden desarrollar para interactuar y comunicarse en estos espacios virtuales, o en esos espacios que están entre la virtualidad y la vida real.  Necesitamos potenciar habilidades ligadas a la comunicación, las relacionadas con la empatía, la comprensión y la compasión, ya que podemos ver que estas variables son poco implementadas e impartidas en los currículos tradicionales educativos”, comentó la psicóloga Johana Cabrera, especialista en salud mental y ciber psicología.