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En marzo de este año, la siderúrgica Huachipato anunciaba el cierre de sus actividades ante la “imposibilidad de competir con la industria del acero china”, situación que después fue revertida tras la confirmación del aumento de las sobretasas a las importaciones de acero chino.

Sin embargo, a cinco meses del primer anuncio, la siderúrgica dio a conocer que de forma paulatina se suspenderán sus operaciones, hasta llegar al cese por completo en septiembre, pero ¿cuáles son las razones tras el cierre definitivo de la empresa?

En Sin Pretexto, Mirna Schindler conversó con Francisco Gatica, académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Biobío, para profundizar en los aspectos de este asunto. “Estamos hablando de una siderúrgica antigua que tiene más de 70 años y que está compitiendo con una empresa china de 25 años. No hubo un proceso de reinversión permanente en el proceso productivo y eso hace que su costo de producción sea muy elevado, porque su tecnología es relativamente obsoleta. Tiene que haber un mea culpa respecto a cómo se gestionó la empresa anteriormente. La siderúrgica Huachipato no hizo todo lo que pudo para impedir su presente”, comentó el profesor.

“Actualmente hay un sobre stock de acero chino, llega a un muy bajo precio, y los compradores privilegian la economía del negocio”, agregó.

En cuanto a la privatización de Huachipato, el profesional aseguró que en su momento “fue un buen negocio la venta por parte del Estado, sin embargo cuando llega China, las empresas mineras comienzan a importar y los costos comienzan a bajar. Quedaron fuera del mercado, que siempre es dinámico, y la falta de reinversión en la tecnología empleada provocó el escenario perfecto para este cierre”, advirtió.

Respecto al futuro de la producción de acero a nivel nacional, el Doctor en Economía y Gestión de la Innovación de la Universidad de Complutense indicó que “el acero es un insumo estratégico para el trabajo minero. Del punto de vista estratégico, si uno empieza a mirar las redes productivas, creo que es importante no descartar la producción de acero nacional, pero con mano de obra calificada, con una producción más acotada y alta tecnología”.

Al concluir, el académico se refirió a las consecuencias del cierre de Huachipato para la región. “Es terrible el impacto, hay mucha incertidumbre, son cerca de 20 mil empleos perdidos, Huachipato fue una empresa polo de desarrollo, muchas microempresas asociadas, pymes y mini pymes. La tasa de desocupación subirá del 8 al 12% en la región, y nuestro producto interno bruto caerá en un 3%. La tensión es alta y el desafío es cómo reconvertir a los trabajadores”, finaliza.