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Hace algunos días, un estudio dado a conocer por el Ministerio de Salud señaló que el gasto de bolsillo que los chilenos destinan a cubrir las necesidades asociadas a las prestaciones de salud, exámenes y fármacos pasó de $84 mil por mes en 2017 a $115 mil en 2022.

Por otro lado, un informe presentado por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), y en el que se comparó el comportamiento del mercado de los medicamentos en el periodo comprendido entre abril y agosto de 2022 (con base en los 10 remedios más usados en el país)  indicó que, por ejemplo, en productos como el Losartán (en categoría “todo tipo patentes”), la caja elaborada por el Laboratorio Chile se comercializaba en $1.170 mientras que el producido por MSD alcanzaba a $26.799.

Ante estas diferencias, surge la pregunta ¿cómo se fijan los precios de los distintos remedios que se venden en Chile?

“Ese elemento se establece por la venta de medicamentos en los puntos de venta, es decir las farmacias. Ya sea por los propios dueños o por los responsable de las cadenas farmacéuticas. Aquí el Estado no influye ya que los valores los pone el mercado”, explica Leonel Rojo, doctor en Farmacología y académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile (Usach). 

El profesional señala el valor de un remedio está asociado a la producción (a cargo de los laboratorios), al costo de gestión, al de reventa que haces las droguerías (que actúa como intermediara entre los grandes productores y los minoristas) y, finalmente, al costo del delta que establece la farmacia que lo vende al paciente. 

Además, Rojo explica que el Estado no puede intervenir en ese proceso ya que, de lo contrario, los únicos que podrían asumir algo así serían las grandes cadenas en perjuicio de las farmacias pequeñas debido a que son “las únicas que tendrían un poco de ‘espalda financiera’ para soportar valores que fueran detrimentales para su estructura de costos (es decir, vendiendo a precios más bajos de los que ellos pueden comprar).

“Las farmacias pequeñas, que probablemente son las que dan el mayor servicio, no podrían asumir una situación así, y terminarían desapareciendo”, explica. 

La utilidad del GES

GES es la sigla de la Garantías Explícitas de Salud y son exigibles por ley para las personas que están afiliadas a los sistemas de Fonasa e isapres. Incluyen 87 dolencias señaladas por decreto, y Leonel Rojo recalca que los usuarios de ambos sistemas deben conocer cómo funciona para acceder a los medicamentos que pueden recibir a gratuitamente o a bajo costo.

El experto en farmacología Usach indica que el GES establece que los remedios para combatir patologías de alta prevalencia (no transmisibles) son asumidos por el Estado. Y por eso mismo, “las personas que tienen diabetes, hipertensión, dislipidemia, depresión, resistencia a la insulina, etcétera poseen patologías que están cubiertas, lo que significa que deben saber utilizar el sistema para retirar sus medicamento y controlarse”.