Click acá para ir directamente al contenido

Actualidad

Ingeniero Usach por socavones: “La naturaleza hace lo quiere cuando quiere”

Tras el nuevo evento ocurrido hace algunos días, y que afectó al edificio Euromarina II, ubicado entre Viña del Mar y Concón, el experto estructural de la Usach, Julio Méndez, indicó que con las lluvias que se esperan perfectamente se podrían seguir produciendo emergencias este tipo. “El terreno ya está muy dañado”, indicó.

  • Comparte
  • Disminuir tamaño de letra
  • Aumentar tamaño de letra
  • Diario Usach

  • Miércoles 12 de junio de 2024 - 15:07

Para este jueves, se esperan fuertes precipitaciones para la zona centro sur del país. De hecho, algunos meteorólogos anunciaron 80 milímetros de lluvia para Santiago, la que se acompañara de fuertes ráfagas de viento. Y una situación similar es la que se podría dar en la Región de Valparaíso, zona que ha estado en el foco de la noticia por los grandes socavones ocurridos en el sector de Reñaca

A los hechos ocurridos en los edificios Kandinsky y Santorini Norte en 2023, ahora se suma el socavón que afectó al terreno que sostiene la edificación Euromarina II, el que se emplaza en el sector de Reñaca y cuya abertura tiene, al menos, 15 metros de longitud y 30 de profundidad. Por lo mismo, 87 personas ya fueron evacuadas y el director del Sernageomin, Cristián Orellana, señaló que ya se estableció un comité técnico conformado por geólogos “para hacer una evaluación respecto a cómo está comportándose este socavamiento en virtud del flujo pluviométrico”.

A su vez, el director del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), Rodrigo Uribe, señaló que el colector del edificio estaba diseñado para una carga que al momento en que se produjo el socavón estaba superada, un hecho que todavía está en estudio.

Todas las construcciones afectadas tienen un denominador común: su edificación sobre en campos dunares frente al borde costero. Y por lo mismo surge la pregunta ¿pueden volver a repetirse este tipo de situaciones?

La respuesta para Julio Méndez, ingeniero civil en Obras Civiles y académico de la Usach es clara: “No podemos esperar que nosotros, simples mortales, tratemos de decir que vamos a superar lo que dice la naturaleza. Ella hace lo quiere cuando quiere. Por lo tanto si ocurre un diluvio, eso va a pasar y los terrenos tienen que estar preparados para ello. Ahora, eso no siempre ocurre porque las condiciones que se le exigen a las edificaciones no están dadas. Lamentablemente, han proliferado el construir las situaciones arriesgadas”.

Por lo mismo, el experto de la Universidad de Santiago indica que hoy no resulta seguro habitar en dicho sector de Viña del Mar. “Lamentablemente, estamos con ese peligro público debido a que los terrenos se encuentran demasiado blandos y las precipitaciones están cayendo con mucha intensidad. No hay capacidad de evacuar el agua de manera rápida, se quedan estacadas, y eso puede provocar deslizamientos y arenas movedizas”.

Y sobre los aspectos básicos que deberían tomar las constructoras o las inmobiliarias antes de comenzar un proyecto habitacional, el experto de la Universidad de Santiago es claro: “hay que considerar la calidad de los terrenos, la topografía y la mecánica de suelo. Esta última es la que define si una nota es apta o no para la construcción de un edificio. La resistencia mecánica, o de soporte, depende mucho de su calidad. Lamentablemente, ha proliferado la edificación en zonas inadecuadas”.

¿Es seguro construir sobre dunas?

Méndez sostiene que “el terreno dunar es bastante blando. Muchas veces está conformado por partículas que son tan pequeñas que no logran tener mayor cohesión. Es decir, no se oponen a los esfuerzos que se aplican sobre ellos y no son capaces de soportar, de manera adecuada, las cargas o descargas de las construcciones que se realizan sobre ellas”.

En este mismo sentido, el académico de la Usach afirma que si una edificación no tiene una capacidad de soporte adecuada se pueden producir desmoronamientos. Más aun considerando las fuertes lluvias anunciadas para estos días, las que perfectamente podrían generar la aparición de nuevos socavones en terrenos que ya se encuentran bastante dañados.

“El agua caída hace que los terrenos se reblandezcan y no tengan la capacidad de filtrar la lluvia acumulada, lo que cambia la condición de resistencias.  El peso que se trasmite a través de las fundaciones de los edificios no es no posible de controlar”, indica el ingeniero Méndez, quien, además, recalca que “todas las fuerzas que se deben contemplar para un cálculo estructural son producto de la naturaleza. Uno puede amainar un poco sus efectos, pero no puede aplacarlos”.

Leer también