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Hace unos días, el Presidente Gabriel Boric un llamado a todos los partidos políticos del país a firmar una declaración conjunta por los 50 años del golpe de estado. Tras las críticas que recibió su convocatoria, la ministra Vallejo aclaró que el Mandatario realizó una "invitación a que el repudio y el rechazo a un Golpe de Estado o la violación a los DDHH sea transversal en este siglo XXI".

Esta jornada, el Mandatario defendió la invitación hecha a todo el mundo político a firmar una declaración conjunta por los 50 años del Golpe de Estado tras su participación en la cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y Unión Europea (UE).

"Lo que a mí me interesa es que aprendiendo de nuestra historia seamos capaces de anticiparnos a que tengamos un futuro compartido y no un futuro que nos divida", planteó 

El Jefe de Estado agregó que "yo me pregunto cuál sería la verdad oficial que la oposición cree que como Gobierno queremos imponer. Acá hay hechos que son claros y conocidos por todos. En Chile, el 11 de septiembre de 1973 se realizó un golpe de Estado que terminó con la democracia y dio paso a una dictadura brutal, asesina de 17 años".

El Presidente Boric agregó que "eso creo que es algo que ensombrece la historia patria, es algo triste, es algo de lo que no cabe vanagloriarse y que ojalá todos fuéramos capaces de decir que no queremos que vuelva a suceder. Y que los problemas de la democracia se tienen que resolver con más democracia y no con menos"..

Sobre su proposición a la declaración conjunta, el Mandatario manifestó que "lo que yo he planteado y reitero es que todos convengamos, independiente de las grandes diferencias políticas que podamos tener que nada, absolutamente nada justifica violar los derechos humanos de nuestros adversarios políticos".

En ese sentido destacó que a su juicio "eso es un consenso razonable, mínimo al cual creo que podamos llegar sin hacer interpretaciones históricas".

Ante las críticas que recibió, el Jefe de Estado profundizó que "a mí no me interesa imponer una versión oficial, no tengo las condiciones para aquello. Un Presidente no puede imponer versiones oficiales respecto de la historia".

Agregó que "lo que a mí me interesa es que, aprendiendo de nuestra historia, seamos capaces de anticiparnos a que tengamos un futuro compartido y no un futuro que nos divida".