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Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y en este contexto, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, lanzó desde el Centro Cultural de Valparaíso la campaña anual de sensibilización y concientización, la que está especialmente dirigida a las y los jóvenes, grupo etario en que se ha evidenciado una agudización de la violencia de género y donde la prevención es fundamental.

De acuerdo a la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana 2023 (ENUSC), un 37,2% de las jóvenes entre 15 a 19 años declaró haber sufrido acoso sexual durante el último año y un 3,9% declara haber sufrido cyberbullying en el mismo periodo.

Para analizar los alcances de estas cifras preocupantes, en una nueva edición del programa “Somos Expertas” de Radio Usach, la periodista Belén Merino, conversó con Soledad Rojas Bravo, activista feminista e integrante de la coordinación nacional de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres.

“Develar la violencia contra las mujeres ha sido y sigue siendo algo dinámico. En primer lugar, está el trabajo por identificar las diversas formas de violencia que son históricas. Identificar y nombrar la violencia también es importante, porque hay muchas cosas que ni siquiera las mujeres las consideramos como violencia. Por ejemplo, lo que antes se consideraba como un piropo, hoy está estipulado como acoso, lo mismo pasó con la violencia obstétrica, de la que antes no había ninguna conciencia”, reflexionó la activista.

La Red Chilena de la cual Soledad Rojas forma parte, está enfocada en el combate de los distintos tipos de violencia que viven las mujeres en diversos espacios como los entornos digitales, además de la lucha contra la impunidad y la búsqueda de planes de acción para trabajar esta problemática.

¿Han existido avances en la identificación de estos tipos de violencia? Según la experta sí, ya que se ha vuelto importante reconocer y nombrar la violencia en contra de las mujeres, que “tiene expresiones prácticas, pero también simbólicas, las cuales pasan mucho más desapercibidas porque están insertas en la cultura que vivimos. El femicidio nace de una cultura que enseña a los hombres a controlar a las mujeres”, advirtió.

Finalmente, la activista feminista hizo hincapié en que es importante no quedarse sólo en las cifras de femicidios como hechos aislados, sino que es importante reconocer la estructura que existe detrás de estos comportamientos. “Estas violencias están en la cultura, en la ideología que se transmite al vivir en una sociedad neoliberal exacerbada que no permite los sentidos colectivos. De ahí viene la necesidad de trabajar colectivamente como en la Red, donde trabajamos por la erradicación de la violencia contra las mujeres. Este trabajo tiene que estar presente en todos los sentidos”, concluyó.

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