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La Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía, conocida también como "Ley Cholito", establece una serie de obligaciones que una persona contrae cuando decide aceptar y mantener una mascota o animal de compañía.

En otras palabras, son el conjunto de obligaciones que contrae una persona cuando decide aceptar y mantener una mascota, es decir, proporcionarle alimento, hogar y buen trato; brindarle los cuidados veterinarios  y no someterlos a sufrimientos; además de respetar las normas de salud y seguridad pública.

En el mes de marzo, el Programa Mascota Protegida de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, dio a conocer el primer censo nacional de perros y gatos en Chile. De acuerdo a esta investigación, en nuestro país existen 12.482.679 perros y gatos con dueños, alcanzando los 8.306.650 y 4.176.029 respectivamente.

En particular, estos últimos se han transformado en los favoritos durante las cuarentenas producto de la pandemia. ¿Pero cuánto sabes de ellos? Pues bien, los gatos son animales independientes, limpios, hacen sus necesidades de manera pulcra en cajas especiales y muchas veces se dice que ellos “eligen” a su cuidador.

Entre los artículos que las personas invierten para el bienestar y mejorar la calidad de vida de los felinos, se encuentra la arena para gatos. Es importante que la mascota la acepte y se sienta cómoda para hacer sus desechos. Del mismo modo, se debe pensar en qué tipo, tamaño y cantidad de cajas la ponemos y dónde la ubicamos dentro de la casa.

Tipos y características de la arena sanitaria

Actualmente existen diversas opciones en materia de arena sanitaria para gatos. En su mayoría, contienen compuestos naturales, amigables con el medio ambiente y capaces de absorber líquidos y olores. Hoy en día empresas como Master Cat disponen de arenas ecológicas de origen natural. Están fabricadas 100% con madera, fibras vegetales y materiales reciclables como papel, cáscara de nueces, pino, maíz y trigo. No contienen ningún aditivo artificial ni químico, son aglutinantes y neutralizantes naturales. Por ese motivo, son ideales en lo que refiere a eliminación de olores.

Consultar al veterinario: el primer paso para alimentar 

Los gatos tienen un marcado instinto de caza. La mutación hacia la especie doméstica que hoy conocemos trajo aparejado el reemplazo de esa práctica salvaje.

Pero antes de eso, cuando un gato llega al hogar, lo ideal es consultar con un veterinario para que lo revise, descarte posibles problemas de salud y aconseje respecto de su dieta. Podrá asesorar sobre cantidades y tipos de comida en función de edad y características.

En este sentido, no es lo mismo alimentar a un cachorro que a un gato adulto o una hembra embarazada o lactante. Por otro lado, el alimento húmedo difiere del seco, por lo que podrá recomendar qué darle al felino, uno u otro o una combinación de ambos.

Tipos de alimento

Un gato cachorro no debe comer el mismo alimento que un gato senior. La comida para cachorros está pensada para la primera etapa de su vida y contiene los nutrientes necesarios para que crezca sano y fuerte.

Hay alimentos más digeribles y contienen proteínas cruciales para la formación de los tejidos y el desarrollo de los músculos del gato. Además, aportan calcio y fósforo para promover el crecimiento de huesos y antioxidantes para el sistema inmunológico.

También hay suplementos alimenticios húmedos con Omega 3, que ayuda al gato a tener una piel sana y un pelaje suave y brillante. A gatitos de hasta 800 gramos, se recomienda suministrarles un sobre del producto, es decir, 85 gramos; mientras que para cachorros de entre 800 gramos y 2 kilos, aconseja 2 sobres.

A partir de los 3 años de edad y hasta los 6, el gato ya es adulto y esta nueva etapa de su vida requiere un cambio en su alimentación. Para su etapa adulta, las marcas de alimentos tienen en cuenta la prevención de enfermedades vinculadas al tracto urinario y la ingesta de pelo. Para eso, esta comida contiene niveles equilibrados de calcio y fósforo para reducir la formación de cálculos renales. Incluyen zinc orgánico, que evita que se les caiga el pelo cuando se lamen, y fibra, para digerirlos mejor cuando se los tragan.