El Inventario Nacional de la Calidad del Aire determinó en septiembre que, dentro del área metropolitana de Santiago, el agente que más contamina es el transporte. Según el estudio, este sector aporta el 22% del total de emisiones PM2.5 y casi el 90% de los óxidos de nitrógeno, gases asociados a la quema de combustible y a la generación de smog.
Estos últimos, que dominan en la zona central de nuestro país debido a la mayor concentración de población, centros urbanos y tráfico vehicular, no solo tienen consecuencias para la salud física de las personas, también contribuyen al calentamiento global y pueden provocar lluvia ácida, entre otros fenómenos dañinos para la salud.
De un tiempo a esta parte, la población ha tomado más conciencia sobre esta preocupante realidad que afecta al planeta en general, y a Chile en particular. Es así como, tanto en el transporte público como privado, se ha visto un crecimiento notorio en el uso de vehículos verdes no contaminantes, especialmente vinculados a la electromovilidad.
En la actualidad, se pueden encontrar en el mercado distintas alternativas de vehículos en base a energías limpias, sin tener que desembolsar grandes sumas de dinero. Por ejemplo, las motocicletas eléctricas son un invento relativamente nuevo que se ha ido masificando de manera sostenida. Se diferencian de las motos tradicionales en que no utilizan gasolina ni combustible diésel, ya que dependen de la electricidad para hacer funcionar sus motores.
Las motos eléctricas no son tan potentes como las motos tradicionales, pero son mucho más silenciosas y limpias. Actualmente existe una amplia gama de este tipo de vehículos disponibles en el mercado, con diferentes características y precios.
Ficha técnica
Expertos aseguran que este tipo de vehículo se transformará en el transporte del futuro. Proporcionan la misma movilidad que las motocicletas tradicionales, pero son mucho más respetuosas con el medio ambiente y su mantenimiento es más económico.
En este sentido, la moto eléctrica proporciona la misma movilidad que las motos tradicionales, pero son mucho más respetuosas con el medio ambiente y más baratas de mantener. También tienen un nivel de ruido más bajo, ideal para entornos urbanos.
Otra de las ventajas es el precio. Son mucho más baratas de comprar que una motocicleta tradicional, ahorran dinero en gasolina y costos de mantenimiento con el tiempo.
Por otro lado, en cuanto a las desventajas, la más común es que las baterías deben recargarse con frecuencia. En comparación, las motocicletas a gasolina pueden funcionar durante mucho tiempo antes de que necesiten repostar. Otra desventaja es que las motos eléctricas no son tan potentes como las de gasolina. No pueden acelerar tan rápido ni alcanzar las mismas velocidades máximas que los que funcionan con gasolina.
Sobre los cuidados, necesitan prácticamente lo mismos que una moto tradicional. Siempre se recomienda mantener sus mantenciones al día, no dejar largos tiempos sin encenderla y cubrirlas con fundas para auto o motos para mantenerlas alejadas de agentes ambientales.
Otros ahorros
Recargar una motocicleta eléctrica costará unas tres veces menos que ir a la gasolinera. Además, dado que no tendrá un filtro de aire o un filtro de aceite para monitorear, el mantenimiento de la máquina será mucho más barato.
En varios países, especialmente en Europa, al igual que como ocurre con los coches eléctricos y las bicicletas eléctricas, las motocicletas eléctricas están en las listas para recibir beneficios por parte del Estado en su compra o mantención, entendiendo que sirven para mejorar los índices de contaminación, entre otros beneficios.