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En la semana que el expresidente Ricardo Lagos anunció su retiro de la vida pública, su emblemático vocero y posterior ministro del Interior, Francisco Vidal, hace un repaso de lo que fue su gobierno y recuerda algunos detalles desconocidos.

A lagos, dice en entrevista con El Mercurio, lo conoció primero en la formación del PPD y luego en la campaña del No, pero cuando más estrecharon lazos, agrega, fue cuando en 2000 Lagos lo nombró subsecretario de Desarrollo Regional y Vidal debió acompañarlo en los tres primeros años de gobierno en sus viajes, debido a la meta presidencial de recorrer todas las comunas del país.

“Eso también genera la conversación, porque el helicóptero, el avión… Yo conocí 246 comunas. Me faltaron 100”, recuerda. Después de eso, Vidal fue nombrado vocero, en marzo de 2003.

“Yo viví las dos experiencias, tanto Lagos como Bachelet. Soy un personaje curioso, soy laguista bacheletista. ¿Por qué digo esto? Porque hay un mundo laguista al que no le gusta el bacheletista, y hay un mundo bacheletista al que no le gusta nada el laguista. Son personajes fundamentales en la historia de la izquierda democrática, cada uno en su momento y con su estilo, además, porque son completamente distintos”, asegura Vidal.

Sobre el gobierno del expresidente Lagos, Vidal dice que “al final, mirado en perspectiva, lo más relevante es que con su gestión, reforzada después por Bachelet uno y dos, se abrió un camino que no existía en Chile para la izquierda”.

Vidal también recordó los momentos iniciales de la administración Lagos, que tenía al empresariado con mucha desconfianza del primer presidente socialista después de Salvador Allende y su agenda transformadora.

“El gran empresariado lo tenía como enemigo público en la campaña”, recuerda el exvocero de gobierno. “Eso fue una tensión permanente, hay que agregar que Lagos heredó la gripe asiática. Si bien no cayó la economía el año 1, el 2 o el 3 el problema que tuvimos era el desempleo. Ahí vinieron los programas de empleos municipales”, recordó.

“En materia económica, Lagos logró convencer al gran capital que era viable en Chile un presidente de izquierda en este nuevo modelo del socialismo democrático, y que ellos entendieran que no bastaba crecer en el modelo neoliberal. Porque la gente se olvida de que, comillas, el milagro económico de Pinochet fue 2,9% promedio anual de crecimiento y todos los indicadores sociales para atrás”, señaló.