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Santiago de Chile y la multinacional italiana Enel anunciaron una alianza respaldada por Naciones Unidas para potenciar el uso de la energía solar en el sistema público de transporte y en la calefacción de la capital chilena.

La alianza, en la que también participa la Universidad del Desarrollo, fue dado a conocer en el marco de un acto para presentar una red de colaboraciones en el ámbito energético entre empresas e instituciones públicas puesta en marcha por la ONU.

El acuerdo sellado por Santiago de Chile prevé que para 2030 toda la flota de autobuses de la ciudad sea eléctrica (actualmente lo es un 26 por ciento) y que se amplíe la red de estaciones de carga para vehículos eléctricos, tanto públicos como privados.

También se acelerará el cambio de calentadores de leña en edificios residenciales, comerciales y gubernamentales con sistemas de calefacción eléctrica, pasando de 10.000 reemplazos realizados hasta la fecha a más de 60.000 para 2030, según un comunicado.

En paralelo, el acuerdo prevé aumentar la participación de la energía solar en la generación de electricidad mediante proyectos urbanos de energía distribuida (de menor escala que la industrial).

El gobernador de la Región Metropolitana de Santiago, Claudio Orrego, destacó en la nota que el acuerdo beneficiará a millones de residentes y ayudará a la ciudad a avanzar hacia un futuro de energías limpias que es necesario para evitar un mayor desastre climático.

"Estamos felices de poder apoyar a la ciudad de Santiago para lograr estos objetivos de transición energética", añadió el consejero delegado de Enel, Francesco Starace, que destacó que éste es un ejemplo de cómo las colaboraciones público-privadas son cruciales para avanzar en este ámbito.

Según cifras de 2018, el 41 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de la capital chilena provienen del transporte terrestre y el 32 por ciento de la quema de combustible para la generación de electricidad y fuentes de calor.