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Recorrer Chile, de Arica a Tierra del Fuego, en bicicleta. Eso fue lo primero que se le vino a la cabeza a Pedro Durán, de 69 años, tras participar en una carrera de la Unión Ciclista Internacional que se realizó en julio de este año en la ciudad de la eterna primavera.

"Me compré un furgón, lo mandé a arreglar para que tuviera todo necesario para el viaje. Lo hice rápido, para que no se me escapara esta idea, porque si no a uno después le cuesta tomar decisiones. No me preparé más de lo que hago siempre, porque ando en bicicleta todos los días. Así fue como partí en Arica", asegura a Diario Usach.

En un principio pensó que su travesía duraría entre dos a tres meses, pero el periplo le costó mucho menos. “Ahora ya estoy en Villa O’Higgins. Terminé de hacer la carretera austral, ha sido más rápido de lo que pensaba. Me he demorado 36 días”, confiesa orgulloso.

Pedro, quien es de Cañete, relata que tuvo una motivación extra para comenzar a pedalear: promocionar el envejecimiento activo. "Lo hago para poder difundir un poco la actividad física en las personas mayores, que esto que hago genere un impacto para que la gente se motive en hacer un poco más de ejercicio desde los 50 años para arriba", señala.

PEDALEO HISTÓRICO

Su ruta la inició el miércoles dos de octubre. No lo hizo solo, ya que sumó un acompañante a su Motorhome, equipada especialmente para esta travesía. El objetivo era completar los cerca de 6.000 kilómetros que le permitiría entrar en la historia como el primer chileno de 69 años que recorre de Arica a Tierra del Fuego en bicicleta.

Salitrera Victoria, Mejillones, Copiapó fueron algunos de los lugares que conoció en su ruta por el norte del país. "El norte fue duro, en el sentido que a veces teníamos que andar muchos kilómetros para llegar a algún lugar para poder hospedarnos o comer, además del tema del baño, que no era fácil", afirma.

Pedro detalla que, por lo general, transita cuatro horas y luego descansa para hacer lo que falta. Revela que recorre entre 130 kilómetros diarios, y tiene unos días de descanso. "Ahora tendré unos días que paro y después termino mi viaje", asegura.

En su camino, son muchos los camioneros y automovilistas que le tocan la bocina. "Me tocó varias veces que pasaban camiones y después a la vuelta me veían aún en la carretera, así que me saludaban. Ha sido muy bonito todo", manifiesta.

LA RUTA MÁS DIFÍCIL

Aunque Pedro indica que va a su “ritmo”, sí reconoce que el pedaleo en el sur ha sido lo más complejo, sobre todo por las lluvias y el frío. "Me tocaron tres días de lluvia que fueron los más complicados, fue como un temporal, con temperaturas muy bajas. Yo estoy con el equipamiento preparado para esto, pero con tanta lluvia, las manos ya no daban. Decía qué estoy haciendo aquí, ya cumplí, pero por suerte ahora salió el sol", relata.

Sobre cómo su cuerpo se adapta tan bien a estos “piques” largos, el empresario de Cañete, que trabaja como independiente, asegura que gracias al ejercicio diario su cuerpo ya no se fatiga con rapidez. "Uno va regulando su capacidad al pedalear, entonces como voy a mi ritmo, sé cuándo tengo que comer algo, tomar agua, tengo todo controlado", afirma.

MENSAJE PARA ACTIVARSE

Pedro afirma que su musculatura está perfecta y que justamente su buen estado físico es lo que le permite hacer esta travesía. "Con este recorrido quiero que la gente que jubila vea que uno puede hacer cosas. A veces la gente se dedica a ver tele, no hace nada de deportes, y con esto quiero demostrar que se puede. Además, con la bici uno fortalece las extremidades inferiores", señala.

Agrega que si pudiera dar un mensaje sería que "los adultos sobre los cincuenta años no sean tan sedentarios, quizás muchos quieren solo descansar, pero descansar no es solo estar en reposo. Mientras más activo, más se aleja la vejez".