Cultura

Hablar de Julio Iglesias es sinónimo de música, romanticismo, ventas millonarias de discos, del artista hispanohablante que más música ha vendido en la historia, de conciertos inolvidables, de miles de premios, del salón de la fama en Hollywood y en los últimos años… de memes.

Al comienzo de este mes, la imagen del cantante español se vuelve viral en redes sociales, en una tradición mundial por recibir a Julio de la mejor manera, y que al mismísimo Iglesias le parece algo gracioso. “Si sirve para que las nuevas generaciones me conozcan, me parece bien”, reconoció.

Sin embargo, el cantante es una fuente inagotable de anécdotas, de vivencias, algunas incluso rozan el mito urbano.

DE FUTBOLISTA A CANTANTE

Antes de convertirse en una de las grandes estrellas de la música a nivel mundial, Julio Iglesias tuvo una breve carrera deportiva como arquero del equipo alternativo del Real Madrid. Sin embargo, un accidente automovilístico en 1963 lo alejó del fútbol y lo puso en el camino de la música.

En el proceso de cambio, Julio compuso uno de los grandes clásicos que marcó su carrera para siempre, “La vida sigue igual”, canción que lo hizo ganador del festival de Benidorm y que lo trajo por primera vez al Festival de Viña del Mar en 1969 año donde comenzó su relación con Chile.

AMANTE DEL COMPLETO

Cuando aún no era un fenómeno mundial, Julio Iglesias visitó Chile para un evento de la revista Ritmo. Fue en esa instancia donde conoció a tres representantes de la Nueva Ola, con los que hizo amistad: José Alfredo Fuentes, Buddy Richard y Wildo.

Según reconoció el propio “Pollo” Fuentes, una vez finalizada la actividad, los tres chilenos se dirigieron al Paseo Huérfanos para almorzar, y fue allí donde vieron al joven y tímido español, al que invitaron a la mesa a comer uno de los manjares nacionales: el completo.

"Después cuando pasaba el tiempo y volvía Julio a Chile me decía 'uno de los momentos más lindos que nunca más lo voy a poder vivir es haber ido con ustedes a comer ese completo a una fuente de soda', porque era uno más entre toda la gente", cerró diciendo “Pollo” Fuentes.

“Se comió dos, con palta, ají y mayonesa. Les encantaron”, recordó el Pollo, quien asegura que la preparación chilena se quedó en el corazón de Julio.

Foto: La Tercera/Archivo Copesa 

PRIMER CONCIERTO MASIVO EN EL ESTADIO NACIONAL

En febrero de 1977 se realizó el primer megaconcierto en nuestro país. julio iglesias repletó el Estadio Nacional, generando una locura total entre sus fanáticas. La recaudación fue donada a la fundación Pequeño Cottolengo.

Vestido totalmente de blanco, Iglesias hizo historia frente a más de 80 mil personas, convirtiéndose en el primer cantante en llenar el recinto deportivo. Además, se trató del primer evento masivo en el estadio post Golpe de Estado.

El evento pudo terminar en tragedia cuando, casi al final de la presentación, una reja de contención fue derribada, dejando a decenas de personas heridas. Julio Iglesia debió salir con escolta policial del recinto.

SU MÚSICA FUE USADA EN CENTROS DE TORTURA EN CHILE

Una publicación del diario español El Mundo confirmó que la música de Julio Iglesias sirvió durante la dictadura de Augusto Pinochet como instrumento de tortura, según un estudio británico publicado con motivo del 40 aniversario del Golpe de Estado. Junto al artista español, la banda sonora de 'La naranja mecánica' y la canción 'My Sweet Lord' de George Harrison. Siempre a un volumen muy elevado, según informa la investigadora de la Universidad de Manchester Katia Chornik, se impusieron altas dosis para romper psicológicamente a los prisioneros.

"Ponían las canciones populares a todo volumen durante días. Eran utilizadas originalmente para infligir daños físicos y psicológicos", explica Katia Chornik y también "para evitar escuchar los gritos de los prisioneros".

 LA POLÉMICA MÁS RUDA DEL FESTIVAL DE VIÑA DEL MAR

Dicen los entendidos que la edición de 1981 del Festival de Viña del Mar fue la mejor de la historia del evento. La calidad de los artistas que se presentaron en la Quinta Vergara ese año alzaron al evento a la categoría de “inolvidable”.

Sin embargo, un episodio en la noche final quedó grabada para siempre en la historia del certamen. Al cierre de la edición, el animador Antonio Vodanovic debía presentar a todos los artistas para que recibieran la ovación del público.  Julio Iglesias y José Luis Rodríguez (el Puma) tenía un acuerdo para salir juntos y recibir el mismo aplauso, esta decisión se tomó para acallar los rumores de una supuesta rivalidad.

El problema se produjo cuando los nombraron a ambos. Solo el Puma salió al escenario. Pasaron varios minutos para que Julio saliera a escena y recibiera una de las más grandes ovaciones que se recuerden en el recinto ante la mirada incrédula de sus colegas.

EL HIJO QUE DEBIÓ LLAMARSE CHILE

Fue en la misma edición de Viña del Mar de 1981 cuando Iglesias lanzó una de sus promesas más osadas y menos cumplidas: “Si tuviera un hijo le pondría Chile”.

El cariño del público lo desbordó a tal límite que no encontró nada mejor que prometer inmortalizar su amor por esta tierra con un hijo, lo que obviamente nunca ocurrió.

FELIZ CON LOS MEMES

Alejado de los escenarios y con una serie en producción, Julio Iglesias retoma notoriedad pública el mes siete de cada año, donde las redes sociales juegan con su imagen durante todo el mes que lleva su nombre.

Consultado por revista Hola, el cantante aseguró que le divierten las imágenes y que de alguna forma han servido para acercarlo a las nuevas generaciones.

“Los conozco, son simpáticos y si hacen gracia a la gente... pues me parece bien, siempre que no sean ofensivos”, reveló el artista.

“De vez en cuando algún amigo me manda uno y me muero de risa. No sé quién empezó con eso, pero es una historia divertida. He visto cosas un poco desagradables que no me gustaron, pero eso pasa siempre”, agregó.