El Gobierno de Nueva Zelanda declaró este martes el estado de emergencia nacional por el impacto del ciclón Gabrielle en la Isla Norte, la más poblada del país y donde las inundaciones aislaron a varias localidades y obligaron a decenas de personas a refugiarse en los tejados de los edificios.
"La gravedad y la amplitud de los daños que estamos viendo no se han visto en una generación", dijo el primer ministro de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, en una rueda de prensa en Wellington, para abordar la respuesta gubernamental al embate de Gabrielle.
"Hasta ahora se han desplegado 200 efectivos de las fuerzas de defensa y hay más a la espera", precisó Hipkins al insistir en que la prioridad es la seguridad de la gente y la restauración de las comunicaciones en varias localidades de la Isla Norte que se encuentran aisladas.
En otros puntos de la Isla Norte, las evacuaciones y rescates se realizan en camiones y balsas o incluso caminando con los cuerpos cubiertos hasta la cintura por las aguas, según imágenes difundidas por los medios de comunicación de Nueva Zelanda, en donde también otros "samaritanos" cargan en hombros a las ovejas para llevarlas a lugares seguros.
Aunque no hay cifras concretas del impacto de Gabrielle- que se compara al dejado por el ciclón Bola en 1988- el ministro neozelandés de gestión de Emergencias, Kieran McAnulty, dijo que alrededor de 2.500 personas han sido desplazadas por el desastre.
Las autoridades reportaron este martes que en la ciudad de Auckland, que se recupera todavía de las inundaciones históricas de finales de enero, que dejaron cuatro fallecidos, un bombero voluntario desapareció después de que una vivienda fuera aplastada anoche por un corrimiento de tierra en el barrio de Muriwai, mientras que un compañero resultó gravemente herido.
TRABAJADORES AGRÍCOLAS EN LOS TEJADOS
Asimismo, un aún indeterminado número de trabajadores agrícolas se han refugiado en sus tejados debido a las inundaciones y están a la espera de ser rescatados, según imágenes divulgadas por la cadena pública TVNZ.
El paso de Gabrielle ha provocado un rastro de destrucción en diversas infraestructuras y dejado a unas 225.000 personas sin electricidad, una situación que se puede extender aún varios días o semanas, según explicó hoy la empresa pública energética Transpower.
Mientras, algunas carreteras de Auckland ya comenzaron a reabrirse hoy poco a poco y se reanudaron los vuelos domésticos e internacionales tras el paso de Gabrielle, que seguirá causando estragos en las próximas horas aunque comienza a amainar.
Gabrielle -que cambió el fin de semana repentinamente de rumbo y evitó pasar por las Islas Norfolk, administrada por Australia- tocó tierra en la Isla Norte el pasado domingo, aunque en seguida fue rebajado desde ciclón de categoría 2 (sobre un máximo de 5) a fuerte tormenta tropical.
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