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El Sernac realizó el primer estudio de gestión menstrual enfocado en la población más vulnerable del país: Personas privadas de libertad, en situación de calle y quienes viven en campamentos, concluyendo que ninguno de estos grupos tiene garantizado el acceso a productos todos los días que los requieren, ni servicios de higiene básicos para enfrentar este proceso biológico.

Constanza González, Directora Regional Metropolitana del Servicio Nacional del Consumidor, conversó en Frecuencia Pública sobre los motivos y resultados de este informe, recordando que comenzó sobre la inquietud de los precios de los productos, para luego pasar a mirar a la población hipervulnerable.

La idea, según González, era “poner en antecedente a las instituciones del mundo público y privado” y así poder “avanzar en otorgar más derecho y dignidad en la menstruación”. El estudio se realizó con el apoyo de Gendarmería de Chile, que dio permisos para trabajar con dos centros penitenciarios femeninos de la RM, con Fundación Gente de la Calle y con el Campamento Manuel Bustos de Viña del Mar.

“Pobreza menstrual tiene que ver con el no acceso a las condiciones mínima para gestionar la menstruación. La gestión menstrual es el uso de materiales que estén limpios, el manejo de la menstruación por parte de mujeres, adolescentes, niñas y personas menstruantes, para poder recoger el flujo menstrual y que sea bajo criterios sanitarios y de dignidad y privacidad”, señaló la Directora Regional Metropolitana del SERNAC.

Algunos de los resultados en torno a este proceso biológico en el que se encuentra el 30% de la población del país, detallan por ejemplo que el 46% de las personas privadas de libertad, declaró sentir dolores extremos, pero la mayoría no hacía nada al respecto. 

Además, sólo un 48% de las internas dijo que tiene acceso a los productos de gestión menstrual todos los días que los necesita, un 38% cuenta con ellos en algunas ocasiones, un 7% no tiene acceso para todos los días que menstrua y un 7% no lo tiene.

En el caso de las personas en situación de calle, sólo el 37% indica que tiene productos para la menstruación, las demás, “ocupan pedazos de género, pañales, papel de diario, mascarillas. "Es riesgoso porque no son productos diseñados para la contención menstrual”, señaló Constanza González. Otro dato es que, el promedio anual de gastos en productos de menstruación por persona asciende a $125.000.

En cuanto a sus malestares, el 60% de las mujeres en situación de calle siente dolor extremo durante la menstruación.