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Ante las masacres del Ejército a inicios del siglo XX, las más cruentas, las de 1903, 1905 y 1907, volvemos a preguntarnos por el tiempo, la repetición de ciclos, errores, fracasos y traiciones ante la amenaza que para el poder institucional significaba la deliberación popular. 

Una soberanía que para Luis Emilio Recabarren radicaba en el poder constituyente revolucionario real como rescata el historiador, sociólogo y filósofo Gabriel Salazar Vergara en su reciente libro “Recabarren. Drama político: Deliberación, soberanía, tragedia”, el que articuló con la actriz y directora teatral Nelda Muray, y que fue publicado por Ceibo Ediciones.

En conversación con la periodista Daniela Figueroa en el programa Frecuencia Pública, el Premio Nacional de Historia de Chile (2006) abordó distintos aspectos sobre la vida, obra y contexto del fundador del Partido Comunista en Chile, al que Salazar denomina el único “intelectual orgánico” de la historia de nuestro país.

Respecto a la pertinencia actual de quien fuera considerado un agitador, Salazar comentó que “estamos viviendo un periodo histórico en Chile que es muy similar a la que vivió la generación de Recabarren, curiosamente 100 años después (…) parece que cada 100 años nos damos cuenta que es una tarea inconclusa, mal hecha y que hay que repetirla”.

En el libro “Recabarren: Drama político”, Salazar integra dos personajes entrañables: Pepe y Fernando que siendo sus hermanos reales representan una parte rechazada de nuestra sociedad: “Recabarren predicó muchas veces contra el alcoholismo, todo este movimiento tan profundo de la clase trabajadora, excluía al borracho, y eso me pareció un deficit, porque en ese tiempo el alcoholismo en Chile alcanzó niveles increíbles”.

También el escritor puso en relieve a diversas mujeres que estuvieron en la lucha por la soberanía popular, entre ellas Guadalalupe Del Canto, la primera mujer de Recabarren, Teresa Flores, su segunda compañera y "alma gemela socialista", la feminista obrera María Ester Barrera y la periodista y activista española Belén de Sárraga, periodista quien en 1895, fundó en Valencia la Federación de Grupos Femeninos, y al llegar a Chile en 1913, halló gran afinidad política con Luis Emilio Recabarren, que por entonces presidía el Partido Obrero Socialista.

Finalmente, el historiador y sociólogo chileno apuntando al entonces Presidente Arturo Alessandri comentó cómo se traicionó la soberanía popular al no llamar al pueblo a una Asamble Constituyente para modificar la Constitución de 1833 y terminar con la de 1925 que fue una carta fundamental hecha de forma ilegítima teniendo una permanencia hasta 1973.

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