Tras asumir su cargo y recibir una rogativa de los Pueblos Originarios al interior del Palacio de La Moneda, el mandatario Gabriel Boric criticó la presencia del ex arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, en la oración ecuménica realizada ayer en la Catedral Metropolitana. Durante un discurso en La Pintana, la máxima autoridad del país señaló que “Me molestó ver al señor Ezzati, me molestó ver a gente que ha actuado como encubridora de graves delitos contra los niños y niñas”.
Para analizar la instalación del nuevo Gobierno y los incipientes roces con la Iglesia Católica, Razones Editoriales tomó contacto con Elisabet Gerber, Directora del Programa de Opinión Pública y Comunicación Política de la Fundación Chile 21 y académica de la Usach. “Hay un cambio de paradigma que se manifiesta en gestos concretos. El discurso en La Pintana, la ceremonia de los pueblos originarios, y yo pondría también la exigencia ética y moral”, asegura la experta.
“Se está resignificando la relación con las tradiciones, el Presidente está haciendo un nuevo rayado de cancha, lo que la elite tenía en acuerdo, ya no está tan claro”, agrega.
En ese sentido, la académica de la Usach asegura que “les va a costar muchísimo a los que han estado decidiendo quienes participan del poder, quienes han estado decidiendo quienes son los actores válidos acordando lo aceptable o no, soltar ese poder. Hay un trazado de frontera moral muy claro por parte del Presidente. Los actores ahora son otros en este nuevo Chile”, advierte.
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