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En “La liebre y el compás” (Paidós, 2024), el exministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve, plantea un ensayo entendido como una reflexión sobre el valor de la ciencia para la vida. En otras palabras, cómo la ciencia ha sido valiosa para todos y todas, en el sentido de que producir y utilizar el conocimiento tiene sentido, genera valor y también guía la toma de decisiones.

¿Cuál es el mérito del conocimiento en sí mismo? Y, ¿cuál es la importancia de la transgresión, la libertad y la intuición en el desarrollo del entendimiento? Para responder estas preguntas y conocer más de su nueva publicación, la periodista Mirna Schindler conversó con el Doctor en Biología Celular.

“Este libro no se trata del impacto, no se trata de medir cuántos empleos genera la ciencia, ni cuánto podemos producir a partir de ella, sino que tiene que ver con el valor y eso tiene relación con cómo interpretamos esto como sociedad o como individuos, como algo bello o algo útil o algo necesario y esa es la pregunta del libro, cuál es la interpretación que hacemos de este quehacer humano”, comentó el también académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Sobre la importancia de la ciencia, la exautoridad destaca que “La ciencia es una metodología para conocer el mundo, para indagar acerca de la naturaleza. La ciencia cambia los paradigmas. El conocimiento impacta en cómo nos alimentamos, cómo nos comunicamos, en fin. Nos orienta sobre la experiencia de aprender. Por lo tanto tiene una influencia en todos los ámbitos de la vida. Las sociedades que abrazan el conocimiento científico son sociedades poderosas”.

Por otro lado, Couve se refirió en medio de la conversación a la “aparente obsesión” que existe en la comunidad científica por tener un presupuesto asignado que sea equivalente al 1% del PIB. Al respecto, comentó que “hay un acuerdo, un consenso bastante transversal de que nosotros tenemos una inversión en ciencia y tecnología bastante baja, tanto en el sector público como en el sector privado. Sí hemos tenido un apoyo a la producción de conocimiento que ha sido sostenido y cuando tú miras la experiencia internacional, lo más importante que un Estado puede hacer es tener políticas científicas sostenidas, porque la ciencia toma tiempo, porque hay que formar capacidades y por lo tanto, lo importante de todo es la estabilidad, y en Chile hemos sido muy buenos para eso”.

Al finalizar, el exministro se refirió al desarrollo de la Inteligencia Artificial.  “Yo soy menos alarmista y catastrofista. Desde el punto de vista histórico, muchas veces los seres humanos hemos producido tecnologías revolucionarias. Se pensó en su momento que la escritura iba a ser el fin de la inteligencia humana, y hoy en día sabemos la importancia de aquella tecnología, la electricidad, por ejemplo, las tecnologías siempre revolucionan la forma en que vivimos”, concluyó