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El presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, expuso de manera telemática ante el Congreso Nacional respecto a la invasión rusa a ese país, iniciada hace más de un año, en una instancia que fue impulsada por el senador del Partido Republicano, Rojo Edwards.

La sesión se concretó en el Salón de Honor del Parlamento después de varios intentos fallidos por falta de unanimidad en los comités y, además, sin la presencia de los diputados y senadores del Partido Comunista y del Frente Amplio, quienes se habían mostrado críticos al acusar que se trataba de una materia que le compete al Poder Ejecutivo.

En la instancia, Zelenski recibió el respaldo de los timoneles de la Cámara de Diputados y del Senado, Vlado Mirosevic y Juan Antonio Coloma, respectivamente, quienes expresaron su solidaridad ante los estragos del conflicto armado.

El mandatario agradeció a los legisladores chilenos "por respetar nuestra bandera, nuestro himno y Estado", para luego denunciar que "los soldados rusos convirtieron las escuelas en campos de concentración, ellos concentraron a todos los habitantes de una aldea ahí, menos de 200 metros cuadrados para más de 360 personas".

En su relato, agregó que niños y niñas "hacían dibujos en las paredes mientras los adultos hacían cálculos de cuántos días pasaron en aquel sótano y cuántas personas fallecieron en el lugar… sus apellidos siguen ahí en las paredes".

Posteriormente, acusó que "no puede ser una normal las guerras como la que ahora está llevando Rusia contra Ucrania. Este es un Estado fascista, terrorista y del mal, que merece ser tratado como un criminal. Pueblo chileno, Ucrania los invita a sumarse a este avance por paz".

El discurso duró cerca de 20 minutos, no dio espacio a preguntas y contó con traducción simultánea.

Cabe señalar que el Presidente Gabriel Boric ha sostenido dos encuentros telemáticos con Zelenski. En el último, los gobernantes abordaron la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya de emitir una orden de arresto en contra del líder ruso Vladimir Putin, acusándolo de crímenes de guerra por estar relacionado con la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia.