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Un estudio realizado por diversos centros que incluyen a las universidades Andrés Bello (Unab), de la Frontera y U. Católica del Maule, en Chile, así como a la U. Autónoma de Guerrero y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, en México, concluyó que las restricciones y confinamientos que generó la pandemia de covid-19 en sus primeros años tuvieron un fuerte impacto en los hábitos de la población.

Esta situación en los jóvenes implicó que se volvieran más sedentarios, aumentaran de peso y empeoraran sus hábitos alimenticios.

Según consignó El Mercurio, el decano de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la Unab y coautor del trabajo, Christian Campos, explicó que el objetivo fue “analizar cómo cambiaron el estilo de vida y la salud tanto física como mental entre la primera ola (junio-julio 2020) y segunda ola (febrero-marzo 2021) de la pandemia".

De esta forma, observaron que al menos un tercio de la población evaluada tuvo un comportamiento sedentario durante el período de confinamiento, lo que se relacionó con una peor salud física y mental, puntualizó Campos.

Asimismo, se evidenció un incremento del peso corporal a medida que se transitó entre la primera y segunda olas. En promedio, el aumento fue de 4,8% del peso inicial en México y de 10,9% en Chile.

Por otro lado, al mismo tiempo que se extendía el tiempo de confinamiento, la salud mental de las personas en ambos países fue empeorando, especialmente, en jóvenes y mujeres.

“Uno de los hallazgos más relevantes de este estudio para la salud pública es la identificación de un grupo de nuestra población altamente vulnerable a situaciones que provocan estrés, sobre todo cuando este se prolonga en el tiempo”, detalló Campos.

En esta línea, precisó que se trata de jóvenes, estudiantes y principalmente mujeres. Este descubrimiento “ayuda a focalizar nuestros esfuerzos de prevención y es información muy relevante para las universidades”.

Lo anterior implica, promover hábitos relacionados con alimentación saludable, actividad física, hábitos de sueño, uso responsable de pantallas y la eliminación del consumo del trabajo. Combatiendo así “una amplia gama de síntomas que caracterizan a problemas de salud mental, como los sentimientos de soledad, tristeza y ansiedad".