Programas Radio Usach

“Con Tomás somos amigos hace muchos años, cuando yo hice los Viejos de Mierda, yo quería la oportunidad de dirigir a Tomás, a Vadell y Coco Lengrand”, partió contando Rodrigo Bastidas en Escena Viva. “El sólo hecho de pensar, justamente que hace tres días hablé con Vadell y le dije: no, esperemos que se recupere Tomás y nos juntamos”, señaló. Luego de un vaivén de emociones y despedidas, el también director de teatro y televisión, compartió algunas de sus impresiones sobre un quehacer teatral que tuvo también de ingratitudes.

Tomás Vidiella falleció ayer, de una falla multiorgánica como complicación de COVID-19. Llevaba días hospitilizado y conectado a ventilación mecánica, luego de que parte del elenco de la obra Orquesta para señoritas, que iba a realizarse en Teatro Oriente, tuviera algunos casos positivos. A Rodrigo le confesó que estaba aburrido y no podía estar otro día más sin actuar. “Por supuesto que hubo un riesgo, pero él prefirió correrlo, él murió en lo suyo”, comentó el actor.

Y es que lo suyo era no sólo la actuación, sino que el oficio de abir caminos para el teatro en general. Estuvo tras los proyectos de El Conventillo, Hollywood y El Túnel, en décadas en que era muy complejo embarcarse en abrir salas. Es conocido como el padre del café concert en chile, por el que muchas veces se le miró con desprecio y banalización, y que aún así fueron vitrinas para, con humor, decir algunas verdades. “A Tomás lo vinieron a querer con el tiempo, porque hace 20 años atrás no era querido, porque hacía un tipo de teatro que era visto como más frívolo. Con su teatro Bijoux él se las arreglaba para decir cosas, porque había que seguir trabajando, y generar producciones. Él fue el que inventó la autogestión”, afirmó Bastidas.

“A mí me prestó el teatro El Conventillo para debutar con mis dos primeras obras con Teatro Aparte. Él igual confió, aunque con la primera no nos fue muy bien, él igual nos dio la oportunidad de hacer otra, por eso se ganó el cariño de tanta gente”, contó y añadió que “fue una persona muy jugada, nunca le andaba preguntando nada a nadie. Él hacía lo que él quería y el resto le importaba una raja”. Bastidas, también guionista de teleseries, le consta que los años de lejanía con la TV también se debe a que no la echaba de menos, pues “estaba feliz con la obra a teatro lleno, él amaba el teatro por sobre todas las cosas, no le importaba volver a la Televisión”, en referencia al éxito teatral de Viejos de Mierda, cuyo guion para película ya tenía listo, pero que quedará congelado, dado que el papel era sólo para Tomás.

Escucha la entrevista completa, aquí.