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Por Daniela Figueroa Videla

En medio del anuncio de un posible paro nacional de los camioneros por el conflicto de la Araucanía, las redes sociales volvieron a poner en debate la reposición de los trenes como columna vertebral de conectividad de personas y el transporte de carga a nivel país. De esta situación conversó Estación Central con el doctor en Transporte, Franco Basso.

El también académico de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso dijo que antes de cualquier debate hay que distinguir los trenes de transporte y los de carga, recordando la idea del Alberto Mayol de un tren de alta velocidad de Arica a Puerto Montt que es “absolutamente inviable” porque se sale de cualquier presupuesto.

Pero sí, agregó, es posible avanzar con ciertos proyectos particulares de un tren de pasajeros para el tramo Santiago- Valparaíso y en el sur hasta Concepción. Señaló que para el norte es más complejo, pasado los Vilos y La Serena la densidad es muy baja.

Franco Basso dijo que el problema que tiene Chile para un tren masivo es lo concentrada que está la población, donde la potencial demanda es muy baja en ciertas zonas, sobre todo en el norte. Señaló que los diversos gobiernos o el Estado de Chile privilegia proyectos con mayor rentabilidad y que el aspecto social está focalizado en los vehículos.

Sobre los trenes de cercanía o suburbanos, Basso dijo que los estudios revelan que tienen un gran impacto positivo, como es el caso de Melipilla y Batuco. Pero agregó que lamentablemente, “en EFE no contamos con el respaldo político necesario” para llevar a cabo los proyectos.

El experto en Transporte, recordó que ha habido muchas presiones en el mundo del transporte y que los camioneros ejercen una fuerza enorme. Informó que la carga que se mueve en trenes en el país es solo del 5%; entonces “hay un espacio tremendo para avanzar en trenes de carga” tanto para el puerto de Valparaíso como el de San Antonio. “Hay que diversificar la matriz de transporte” sostuvo.

Basso recordó que los trenes de antes tenían virtudes y defectos, y que dentro de los problemas estaba la constante inyección de dinero en algunos tramos; señaló que en la dictadura hubo muchas restricciones e interés por coartar a los trenes y a la vuelta de la democracia hubo muchos problemas de administración. Pero que hoy se puede avanzar no en un tren masivo de alta velocidad pero sí en proyectos específicos.

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